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92 EULOGIO ZUDAIRE,· O. F. M. CAP. no caer entre las uñas del Aguila y del León de Castilla, se lan– zaría por riscos y peñascos, con una caña en la mano, hasta ga– nar tierra francesa? Dice Manuel de Parets en su Crónica que, después de concerta– dos los capítulos según el modelo de los que se presentaron al Rey Don Juan (segundo) en 1472, acordaron, con Mr. de la Motte. . . enviar un trompeta al campo español (3 de octubre de 1652); se iniciaron los parlamentos, y, luego de ajustadas todas las ma– terias, el Conseller en cap, don Rafael Casa:mitjana, con lucido acompañamiento, fuése .a rendir pleitesía a don Juan de Austria en la mañana del 11 de octubre. "La misma mañana de 11 de octubre, anticipadamente el Di– putado eclesiástico, que no havía más en Barcelona, con todos los Oficiales que se hallavan en el Consistorio, en dos coches, fuer.on a prestar la ovediencia besando la mano a S. A., y ofres– ciendo obrar en el Real servicio quanto S. A. mandara. El Dipu– tado eclesiástico era el Deán del Aseo, Pablo del Rosso" (57). CONCLUSIÓN. ¿ Qué pensar del Canónigo Pablo del Rosso? Su corresponden– cia con los Barherini es prueba de que con ellos le unía pwfun– da amitad, más o menos interesada; sus manifestaciones y las mercedes y honras que recibió de los ministros de Francia indi– can que, si su voto no fué decisivo, como él pretende, en la entre– ga de Cataluña al Rey francés, fué al menos de calidad; y que su odio declamatori,0 contra Castilla y su inclinación consiguien– te a lo francés, son fruto de la época y de todas las épocas de decadencia peninsular. Por lo demás, no puede argumentarse contra la eficacia de su intervención política porque se le amnistiara. Nada debe extrañar– nos, si tanta fué su astucia que supo mover voluntades, oculto bajo (57) M. H. E., XXV, 70 y sigs. M. Parets: Crónica, libro II, cap. 54.