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EN TORNO A LA REVOLUCIÓN CATALANA DE 1640 85 Y con su nombre se encabeza la nómina de los que por haber me– jor servido en Cataluña al Rey francés se hicieron acreedores a pensiones y recompensas (38:). En cambio, no figura en el rol el Canónigo Pablo del Rosso. ¿ Es que no fué su intervención tan decisiva como pretende en sus cartas? ¿ Es que la lista fué con– feccionada por alguno de sus émulos?. .. Porque las rivalidades entre los dirigentes catalanes nacieron con la revuelta y se re– crudecieron con el Visitador Pedro de Marca. ¿ Quién, en este retablo político, era el Maese Pedro y cuáles las figuras de artificio movidas por él? ¿ Richelieu, Mazarino, Cla– rís, Vergós, Pablo del Rosso? Y como si el tinglado ofreciera pocas complicaciones, salta al medio la incógnita de los Barbe– rini y el doble juego de la ciudad de Barcelona, que, si por una parte juraba y perjuraba fidelidad al Rey Felipe IV, por otra, mantenía secretas relaciones con el cabecilla de los revueltos pa– yeses y organizador de sus compañías, "Lo Capitá General del exercit Ohristia" (39). Si a esto se añade la conducta, un si es no es tortuosa del Conde Duque de Sanlúcar y de los ministros regios en Cataluña, fácilmente se percatará el lector sensato de que ni el problema de la revolución catalana es ·tan sencillo que de un plumazo pueda resolverse, ni tan unilateral que de un cinta– razo y con sólo descargar sobre un solo hombre-Olivares-la culpa del naufragio y agradecer a otro hombre solo-Pablo de1 Rosso-el cabo de amarre, quede zanjado el asunto. SEMBLANZA DEL SEÑOR DEÁN. Por la gavilla de citas arrancadas a la correspondencia del señor don Pablo, podremos barruntar la sementera de su espíritu. (38) París. AAE., ser. cit., vol. 23, fols. 432-432 v.: "Noms de persones qui ont le mieux servy le Roy en Catalogne et a gratifier de quelques pen– tions ou autres recompenses (a. 1643)." Entre los personajes acreedores se citan a José Margarit, Ramón de Guimerá, al Regente Fontanella, al Cabildo de Urgel, al Obispo Vidal, etc. (39) · M. H. E., vol.20, 425 y n. 1 de la pág. 426; íd. vol. 21, pá.g. 50 y nota 2 de págs. 50-55.