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70 EULOGIO ZUDAIRE, O. ~'. M. CAP. blo del Rosso, ha cambiado designio y no quiere hir a Roma por ver las persecuciones quel Papa [Inocencio X] hace contra la Casa Ba:rber:foa" (14). Luego, el tal del Rósso debía de estar es– pecialmente relacionado con los Barberini, árbitros de la política eclesiástica durante el anterior pontificado [de Ürbano VIII, a., Maffeo Barberini]. Y ved por dónde, brujuleando por esta nue– va pista, vinimos a dar con un maio de cartas en el fondo Bar– bérini de la Biblioteca Vaticana (15), encuadernadas en un 'volu– men, cuya signatura es Barb. Lat., 8;536, y que lleva por título: "Lettere scritte da Barcelona, tutte o quasi tutte di avisi in lingua spagnuola; lé prime dal 1618 ál éard. Maffeo Barberini, le altre al Card. Franc. Barberini dal 2 maggio 1635 al 26 luglio dé 1652". Es verdad, que ni todo son ''avis'i'', ni todas son cartas, ni las que son, se destinan únic"a.fuente a los Óárdénáles Maffeo y Frárt~ cisco Ba.rbérirti; pero, ért. general, la ihscripción corre°/3'}:)onde a.1 üortténido. De los 58 documentos insertos en dicho volumen, lós dos 'Pri– meros (fols. 1-2, 2a-2B) son cartas de Pablo del Rosso al enton– ces Cerdenal Maffeo Barberini, futuro Urbano VIII; otras dos, del mismo Rosso, al Obispo de Sidonia y a Angelo Paracciani, respectivamente (fols. 9-10 v. y 32-33); dos más, al Cardenal An– tonio Barbérini (fols. 30 y 36), sobrino de Urbano VIII; una, qui– :zá, al dicho Obispo de Sidonia (fol. 15) ; del resto de las cartas, el destinatario cierto de algunas e hipotético de las otras es el Cardenal Francisco Barberini, hermano del Cardenal Antonio y Vicecanciller de la Curia romana desde Í632. Quedan fuera de se– rie, una copia de carta remitida desde Roma al canónigo barcelo– nés (fol. 34) en respuesta a otras suyas y la "Relación de lo su- (14) París. AAE. Corr.. Pol., Espagne, vol. 26, fol. 231: "Aviso'' de 6 x:bre. 1645. (15) Es de ley, nuestra gratitud al capuchino P. Á.zcúha, Iiéénciadó en Historia Eclesiástica, por el empeño que puso en revisar los catálogbs de H\, Sala Barberini, eh la Biblioteca Vaticana, liasta dar, siguiendo nuéstras in– dicaciones, con el Barb. Lat., 8.536, que ha inspirado estos comentarios. A él debemos asimismo la expedición ctei microfilm correspondiente.

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