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6 E. ZUDAlRE HUARTE Rey». 13 Mas no hablaban el mismo lenguaje unos y otros. Al evocar el Virrey la actitud hostil de Francia, los cuantiosos gastos de su Majestad para contenerla fuera de las fronteras catalanas, y al provocar a los barce– loneses a emular sus pasadas glorias en defensa del bien común de lapa– tria y de la majestad de sus gloriosos príncipes, obedecía las consignas del Monarca, necesitado de la colaboración de aquellos provinciales. Y al res– ponderle aquellos repúblicos, reducían su compromiso a algo tan sencillo y normal como la estricta protección de sus puertos y de sus pasos. Tan lejos estaban de vibrar con las angustias y las inquietudes universales de la Monarquía española, que ni siquiera accedieron las autoridades barce– lonesas a recoger dentro de sus murallas los bastimentos que el Rey en– viaba para su ejército, sin pago previo de los correspondientes arbitrios, pese a que el Fisco había declarado que no se debían por ellos derechos de entrada; y pese a que el Virrey había sobreseído el cobro legítimo de los «cops», cuando Barcelona y Mallorca intercambiaron muchas salmas de trigo. Sólo al cabo de dos semanas de airearse en la playa y cuando comenzaba a deteriorarse, logró el Virrey meter en los almacenes de la ciudad parte de la mercancía, con gran protesta del Consejo de Ciento y de sus portaleros, que levantaron acta de todo, para proseguir, judicial o extrajudicialmente (a lo cual no se oponía el duque de Cardona), su ac– ción contra el Fisco. 14 Dijimos que no hablaban el mismo lenguaje el Virrey y los conselle– res y diputados al parlamentar sobre la defensa del Principado. En efecto, cuando, por orden del Monarca, asesorado por el Consejo de Aragón, se promulgó en Cataluña el edicto de aplicación del «Prínceps namque» (13 de junio de 1637) con todas las solemnidades acostumbradas en la Real Cancillería, tanto el Brazo Militar como los diputados consideraron el he– cho, en su fondo y en su forma (declaración y publicación), como contra- ia Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, Registro deliberaciones, 14 de ma– yo de 1637, fols. 138-139. 14 Id., id., fols. 101 v.-134 v. (Deliberaciones desde 3 de abril a 5 de mayo). Por car– ta de 27 de septiembre de 1636 había declarado el Rey que no se debían pagar derechos por la introducción de bastimentos para el ejército, porque, según las averiguaciones rea– lizadas por el visitador Bayetola, no había lugar a la aplicación del privilegio del rey don Pedro. Id., id. El Rey al duque de Segorbe. Como lo cortés no quita a lo valiente, mandó Barcelona a la Corte a su más diestro profesor de baile y con él la «Cobla deis Menes– trals•, para actuar en el carnaval de palacio (17 de marzo de 1637). 90

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