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22 E. ZUDAIRE HUARTE armas que tan diversamente habían juzgado los consejeros; pero es el ca– so que militar como D. Antonio Gandolfo, que se halló presente en el ata– que, conviene con el Conde Duque en las causas del fracaso; 65 y el autor de las Guerras entre España y Francia, caballeroso con los catalanes, confirmará lo acertado de aquel intento de invasión. Prosigue Olivares: <Han sido desta opinión de hacer la guerra a Francia por Cataluña, don Gonzalo de Córdoba, el duque de Feria, el marqués de Aytona y escrito y hecho instancias sobre ello, y también el Sr. Infante desde Flandes». A lo cual agrega el anónimo antes citado que fue táctica de todos los grandes guerreros y conquistadores del tiempo pasado (cita varios ejemplos} intro– ducir la guerra y combustión en los pueblos enemigos. «En la invasión de Guyena y Languedoc se podían prometer grandes consecuencias con la común queja de aquel gobierno y muertes del duque de Memoranci (Mont– morency) y algunos de sus aliados». Amén de que el francés había come– tido la felonía de infringir los tratados de Monzón y de Barcelona y de confederarse secretamente en Ratisbona. La misma Cataluña hizo instan– cias (que .no hemos podido comprobar) después de la guerra de Casal. «Tuvo, pues, este Consejo aprobación de personas, que fuera temeridad no haber condescendido con ellas; y no fue ejecución arbitraria de uno (el Conde Duque}, ni ése digno de la culpa temeraria que se le impuso». 66 Sea de ello lo que fuere, aquella empresa resultó «la más deslucida, desdichada y desautorizada que ha sucedido en estos Reinos, de nación a nación» -según expresión de Felipe IV-. 67 Aunque no se cumplió nin- 65 En su voto particular del mes de enero de 1638, consignaba el prestigioso estra– tega: «Al ataco que ellos hizieron al trincherón no nos hicieron retirar siguiéndonos a la cola, sino que nosotros nos retiramos de nuestra voluntad, desamparando el sitio de la plac;a por la poca dispusición que se bio tenía el Cavo en aquella ocasión; que si se hu– biese dispuesto la fuerc;a de la gente que tenía, a la defensa del trincherón, conforme la rac;on pidia, no sé como les huviera salido la fiesta de aquella noche». A. G. S., Estado 2660. «Dictámenes sobre el modo de obrar contra los franceses por Antonio Gandolfo». Madrid, 8 de enero de 1638. Es decir, que el verdadero culpable del fracaso resuHa ser D. Juan de Cerbellón (?) 66 Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 2368, fols. 7-11. No hay por qué silen– ciar que se trata de una apología del proceder de la Corte, más concretamente, de Feli– pe IV, que aparece como verdadero piloto de la política española. Al Conde Duque no se menciona ni una sola vez, aunque se le presiente. 67 A. G. S., G. A. 1182. Comentario de Felipe IV a la consulta de 6 de noviembre 106
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