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EMPRESA DE LEUCATA 19 En la tarde del 28 de septiembre; una hora antes de anochecer,"" vein· te mil soldados francE ses y cuatro mil caballos se lanzaron contra nuestras trincheras. Los españoles resistieron heroicamente tres asaltos consecuti· vos de sus contrarios. El combate --- según se consigna en el Mercure f, an– i;ois-- fue encarnizado y feroz, con alternativas de triunfos y de retroce· sos. Cuando el duque de Halluin se disponía a embestir de nuevo contra el regimiento del Conde Duque, la luna se ocultó, levantóse un fuerte vien· to que les cegaba con la polvareda y ambos combatientes se vieron preci· sados a interrumpir la lucha, porque en el desorden de las tinieblas llega· ron a acometerse los propios compañeros de armas. Replegáronse los fran· ceses al atrincheramiento recién conquistado y aguardaron las luces del amanecer para consumar su obra. 55 Inquietud superflua. Al romper el alba pudieron comprobar que las empalizadas estaban desiertas. Los españoles habían levantado el cerco, huyendo a la desbandada. Los últimos fugiti· vos trataban de ganar a nado o a la carrera (bordeando la costa) la orilla opuesta de la albufera Salces-Leocata. Los franceses no salían de su asom· bro. ¿Por qué aquel abandono cobarde? Apunta Richelieu en sus Memo· rias que tal vez les aterró y espoleó a la fuga el rumor de que el arzobispo de Burdeos entraba con tropas de refresco, que no eran sino las fuerzas de Saint Aunez, dispersas y derrotadas y rehechas de nuevo y aprestadas por la mano vigorosa de Sourdis. 56 El conde Juan de Cerbellón, citado con elogio a causa de su bravura por el cronista francés y por el duque de Cardona, achaca el fracaso a la tibieza con que obró nuestra caballería, a la falta de gente y a la cobardía de los pocos encargados de defender las trincheras (compañías de D. Gal· cerán de Cartellá y de D. Juan de Molina; dos compañías de napolitanos y casi todo el regimiento del duque de Oropesa) y a la ineficaz coopera· ción de nuestra artillería. 57 Es decir, a todos o a casi todos los combatien· 51 Duque de Segorbe y Cardona a los conselleres y otra al conde de Santa Coloma; Perpiñán, 29 de septiembre de 1637. A. H. C. B., Cartas comunl's y Deliberaciones, folios 279 y siguientes. Advierte Richelieu en sus citadas Mémoires, III, pág. 215, que se atacó de noche, tanto para inutilizar el empleo de nuestros cañones de grueso calibre, como porque «tout le monde sait que les Espagnols sont courageux de jour e't les Franc;:ais au– tant dans les tenebres que dans la lumiere». 55 Mercure fram;ois, XXI, págs. 461-490. 56 Mémoires du Cardinal de Richelieu, III, pág. 414. 57 A.G.S., G.A. 1185. Perpiñán. Al Conde mi Sr., 1637. El Cde. Juan Cerbellón, 3 oct. 103

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