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E:L CAIU)NNAL ]NJ!'AN'nJ, VIRREY og CATALlJJ\IA Monarca francés triunfaba en el Languedoc y habia establecido con– titcto con el Cardena] Infante mediante Mr. de Fargi,s, enviado a Bar– celona en busca de pólvora, artillería y otros pertrechos (86). Mal conocían en la Corte española al aquilino purpurado francés, si le juzgaban incapaz de apuntarse la última baza. No imaginemos tampoco en Olivares un optimismo suicida. Atizaba la discordia en fa. familia rea] france..•m, no más esperanzado que temeroso del éxito, valiéndose del hábil embajador, Marqués de Mirabel, y acechaba los - primeros síntomas de consolidación de la revuelta, para unir nuestras armas con las del inquieto Duque de Orleáns, convirtiendo en franca colaboración armada el apoyo vergonzante que se le venía prestando. Pretendía con eHo la contraofensiva a la política antiespañola de Ri– cheHeu. Pero e] ansiado momento para la unión de las armas no llegó a presentarse. El primer ministro francés, al ejecutar a Montmorency, cortó con su cabeza las ambiciones de Orleáns y las esperanzas de Olivares (septiembre de 1632). Y él primer ministro español, menos obsesionado con humillar a Cataluña que con frenar la decadencia de la Monarquía, en vez de arrimar a Barcelona las tropas de Monterrey, como le aconsejaron los asesores del Virrey, se limitó a culpar a sus propios pecados la uni– versal desgracia (87) y a forcejear, apoyado por el Protonotario Vi– Uanueva, con el embajador barcelonés, Francisco Bru, pará que los suyos alzasen el disentimiento (88). Ambos le ofrecieron su valimiento y le alcanzaron audiencia con el Rey (89) . (86) lbíd., Cardenal Infante al Rey. Barcelona, 29 de julio de 1632. (87) "Respóndame V. S. ---escribe al Conde de la Puebla- que mis pecados fo hacen y yo <!iré que es verdad; y lo juraré y pondré mi cabeza en prenda de esta verdad... Pero ¿ qué haré si Dios por castigarme a mí solo, castiga todo este reino y le pone la soga a la garganta, obligándole a apretar esta gente que es sola la que pudiera resucitar el estado miserable de España y de la monarquí-a ?" Conde-Duque al Conde de la Puebla. Madrid, 1 de junio de 1632. Dooiimentos ... de ki Gasa de Alba, Madrid, 1891, pág. 476. (88) AHCB, Oartcts. Francisco Bru a los conselleres. Madrid, 10 de julio de 1632. Tan grueso altercado tuvieron el Protonotario y el embajador barcelonés, que temieron despertar al Conde-Duque con sus gritos. (89) AHCB, Oartcis. Conde-Duque a la Ciudad de Barcelona. Madrid, 6 de julio de 1632.

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