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1() E. ZUDAIRE HUARTE ma de Junta, la Reina, el Duque de Alba, el Presidente del Consejo de Castilla y el Marqués de Geibes. Figurabán en el cortejo los dos Infantes, D. Carlos y D. Fernando: aquél no muy sano de cuerpo, y éste, enfermo. tal vez de alma. Según el maligno cronista Novoa, per– suadióse el Cardenal de que se organizaba aquella jornada para ale– jarle de la Corte, a fin de que no pudiera hacer sombra al Valido ni descubrir sus trapacerías y su afán de dominarlo todo. Y pensó, y en esto salió profeta, que no volvería más a Madrid. Aumentaba su pesar con la oposición que hicieron el Rey y el Conde de Olivares a que le acompañara su favorito, D. Antonio Moscoso, Marqués del Fresllo: Todos sus ruegos y ardientes súplicas se estrellaron contra la inflexi– bilidad de ambos (21) . En ocho jornadas llegaron a Valencia, que· les dispensó un calu– roso recibimiento. Al aproximarse a Tortosa le presentó sus respetos el Duque de Cardona, que desde aquel momento cesaba en su Lugar– tenencia, y le informó del mal cariz que presentaba la cuestión del servicio o donativo, porque se hallaban los catalanes tan obstinados o quizá más tenaces que la vez anterior contra toda concesión. Y en ]o relativo a habilitar al señor Infante D. Fernando, ni el Consejo de Ciento, ni varios síndicos de las universidades, ni otros representan– tes en Cortes estaban conformes por la novedad del caso; si alguná habilitación se hizo en el pasado, fue en tiempos tan remotos que no podía invocarse como precedente. Flaco argumento, cuando por defender una coma de sus fueros no dudarán en apelar a Carlomagno y a Ludovico Pío, como el autor de la Proclamación Católica. Por otra parte, añadió, eran tantos y tales los problemas pendien– tes, que no se requerían menos de cuatro meses de presencia personal del Rey en Barcelona. Divulgáronse velozmente los siniestros informes del Duque de Cardona y comenzó un fuerte cuchicheo sobre las prisas del Monarca (27) Novoa, Matías: Oodoin 69, págs. 149-150.-Mr. de Peny a Mr, de Hot– mans, Madrid, 20 de abril de 1632, en AAE, loe. cit., fol. 384, El Cardenal Infante escribió a D. Antonio Moscoso que fuera a juntársele en Barcelona, Pero al llegar a Almadrones (Guadalajara) tuvo que regresar por mandato del Rey, que se habia parado a descansar en dicho lugarejo. Peny a Hotmans, en su carta del 6 de junio de 1632, AAE, Oorr. Politique, Espagne, vol. 16, fol. 395.-0tras noticias sobre D. Antonio Moscoso en Oa.rtas de Jes1J,íto,s, I, •pág. 90.

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