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ANALISIS DE LA REBELION DE TUPAC AMARU 19 recto ejecutor de la justicia entre los indio¡;, no introdujo novedad ni debió de ser tan intratable cuando lleraron su muerte como la de un padre (Testimonio del sargento mayor Juan Antonio de Figueroa). Por lo demás, cuando el cacique de Tungasuca arremete contra el afán capitalista y genio destemplado del corregidor de Tinta, busca rabiosamente por ver. su causa perdida un trato tan indulgente como el que se había dado a los culpables en la muerte de otros corregidores, como Zugasti y Sentís, víctimas de la chusma en Chumbivilcas y en Pacages, salvo que se le juzgara digno de prem~ y d~ recompensa por haber contribuido a eliminar enemigos del pueblo y de su rey. 2. SENTIDO SOCIAL DE LA REBELION Desde el público pregón, que se intentaba vender por sentencia ju– dicial, en que se denunciaba la causa de la muerte de Arriaga, hasta las últirMts declaraciones con que trató de cohonestar su rebeldía, dio a entender José Gabriel que su intento se proyectaba a la supresión de alca~las, aduanas, obvenciones y demás pechos con que los chape– tones traían oprimidos a los naturales de la tierra peruana. Se indigna Areche por la inclusión de alcabalas y aduanas, que no afectaban a los indios, y culpa de haber inspirado tales vocablos a los hacendados (blancos) de Lima, Cuzco, Arequipa y otros. Sin embargo, no podía ignorar el visitador que por aquella su rigurosa (no precisamente injus– ta) regulación del cobro de alcabalas, mediante el nuevo organismo de la aduana, los llamados «camineros» venían causando no pocas extor– siones a los indios cuando, con el pretexto de examinar si los géneros que llevaban al mercado eran de su propia cosecha (libre de impuestos) o por cuenta del corregidor, del cura o de algún gamonal, les incomo– daban, los decomisaban o arbitrariamente les vejaban (11). A juzgar por las declaraciones procesales de sus escribanos y aseso– res (Ortigosa, Escarcena, Cisneros, Molina) y el doctor Lope de Sosa, cebo tentador de la propaganda subversiva fue la abolición de los obra– jes, de la mita del Potosí y de los repartimientos; no la de tributos, que consideraba el i~urgente «nervio principal para la subsistencia del Estado y sus vasallos». Y por eso los reclamó como de su de– recho (12). (11) José G~briel ante B. Mata Linares, Cuzco, 3 de mayo de 1781: AGI, Cuz– co, 33, «Quaderno Primero», fol. 218. . (12) Ibfd., fol. 112, Edicto de Tinta, 17 de enero de 1781.
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