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72 EULOOIO ZUDAIRE HUARTE tarios Reales, como lo fueron muchos otros caciques, según hizo notar John H. Rowe en su estudio sobre el movimiento nacionalista del siglo XVIII. En el primer informe oficial sobre el influjo nefasto de esa historia incaica, tanto el visitador Areche como el obispo Moscoso aluden a una edición especial de la obra: la publicada en Madrid el año 1723, por el prefacio que le antepuso el editor Gabriel Cárdenas y Cano. En él se insertaba cierta profecía sobre la restauración inca en el trono peruano con el apoyo de Inglaterra (140). El virrey don Agustín de Jáuregui y Aldecoa, en obedecimiento de la real orden de 21 de abril de 1782, encargó al nuevo visitador gene– ral, Jorge Escobedo y Alarcón, revisar todas las facturas de aduanas para la retirada de ejemplares y acudió a sus amigos para que coope– rasen en el cumplimiento de la voluntad real. Al cabo de medio año comunicaba a la corte «el ningún efecto que han producido estas pro– videncias, por no hallarse en las librerías públicas y casas de co– mercio» (141). Con la muerte de José Gabriel Tupac Amaru se extinguió el obje– tivo político de la rebelión. Ni mostraron sus epígonos especial interés por adueñarse de la capital incaica ni afán por coronarse. Continuó en las provincias del Collao la marcha revolucionaria en parte por inercia, como galgal que se des~ña monte abajo; en parte por la veneración casi idolátrica que la plebe rendía a los corifeos Tupac Amaru, singu– larmente a Diego Cristóbal y a sus dos sobrinos, Andrés y Mariano; por temor a la justicia a causa de sus muchos crímenes y por el odio reavivado del indio a los pucacuncas o caras blancas. Poco valían, una vez abolidos los repartimientos, las promesas de .reivindicaciones socioeconómicas. De ahí el empeño tenaz del virrey Agustín de Jáuregui, a despecho del visitador José Antonio de Areche, por atraerse a los recalcitrantes con una política generosa e indulgente: fomento de parlamentos libres al estilo de los que tan eficaces le habían resultado en el reino de Chile; amnistía total para cuantos voluntaria– mente depusieran las armas; exención tributaria, por todo un año, a fin de que mejor atendieran a rehacer sus casas y sus topos o lotes de tierra. Heredó la jefatura rebelde Diego Cristóbal, primo de José Gabriel, (140) Areche a J. Gálvez, núm. 279, Cuzco, 1 de mayo de 1781: AGI, Lima, 1085. (141) Jáuregui a Gálvez, Lima, 16 de enero de 1783: AGI, Lima, 666.
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