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.. ANALISIS DE LA REBELION DE TUPAC AMARU 69 había presentado una moción análoga; no prosperó «por no hacer no– vedad»; si bien se recomendó que se aplicara la horca «sm ofensa del pudor natural» (Ley 33. Pamplona, 14 de enero de 1781). «Cerró la función el rebelde José Gabriel. a, quien se le sacó a me– dia plaza; allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo, atáronle a las manos y pies cuatro lazos, y asidos éstos a las cinchas de cuatro caballos, tiraron cuatro mestizos a cuatro distintas partes, espectáculo que jamás se había visto en esta Ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen bastante fuertes o porque el indio en realidad fuese de fierro, no pudieron absoluta– mente dividirlo; pues que por un largo rato le estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire en un estado que parecía una araña, tanto que el Visitador, movido de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz, despachó en la Compañía, donde estaba el Visitador Are– che mirando las justicias, una orden mandando le cortase el verdugo la cabeza; lo que se ejecutó» (133). Por la tarde. y en tablado al pie de la horca, decapitación y des– membración de brazos y piernas de los distintos reos, para colgarlos, en Jaulas de hierro o de totora, por las encrucijadas de los caminos. a la entrada de las poblaciones o en¡ la plaza mayor de los lugares teatro de sus fechorías (134). . Los consejeros de Indias reprochan al visitador que, si por atender a la decencia de su sexo, se había dado garrote y no suplicio de horca a las dos mujeres, «tampoco parecía regular ni necesaria la separación de cuartos» (135). · de una y otra parte, y dándole patadas en el estómago y pechos, :a acabasen de matar». Ni cronista privado ni relator oficial alguno corroboran tal peripecia. Quien haya visto un instrumento de garrote de los que se utilizaban en el siglo XVIII habrá podido comprobar que el tornillo era capaz de prensar contra la argolla de hierro hasta una hoja de papel, cuanto más un cuello de gacela y aun de tórtola. (133) Ni Areche ni Ma~a Linares en sus informes, ni los escribanos Tapia y Ga– marra en sus actas, aluden a tan macabra tarantela. Por ejemplo, Juan Bautista Gamarra: «y después lo amarraron por cada uno de los brazos y pies con unas fuertes cuerdas,. de modo que éstas se ataron a las cinchas de cuatn caballos que estaban con sus jinetes mirando las cuatro esquinas de la Plaza Mayor; y habiendo hecho la seña de que tirasen, dividieron en cuatro partes el cuerpo del traydon>: AGI, Cuzco, 33, «Autos Tupac Amaru», fol. 270. (134) AGI, Cuzco, 32 y 33, autos de prooeso correspondientes; A3I, Lima, 665; RAH, Col. Mata Linares, tomo 57, fols. 377-379. (135) Junta integrada por los. ministros don Manuel Romero, don Antonio Por– lier y don Pedro Muñoz de la Torre. Madrid, 8 de noviembre de 1733: AGI, Cuz– co, 33. Suyas son otras observaciones que se insertan a continuación en el texto.

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