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60 EULOGIO ZUDAIRE HUARTE (Tupac Catari), con Mariano Tupac Amaru, hijo de José Gabriel y Andrés Mendigure, su sobrino, actuó más al sur, entre Sorata y La Paz. En el domicilio de Felipe Bermúdez (ciudad de Tinta), principal rodrigón del primer caudillo, se halló una relación de oficiales y solda– dos rebeldes, enrolados en cada uno de los pueblos principales de la provincia de Canas y Canchis, con sus sargentos, cabos y tambores. Ejemplo: Combapata: capitán, don Juan Díaz Romero; alférez, don Pedro Barrios; sargento, don Toribio Mesa; soldados, Ambrosio, Za– bala, Vicente Flores... total 50 (118). Y las 36 causas sentenciadas por el visitador Areche corresponden, en general, a otros tantos co¡oneles, comandantes, comisionados, capitanes al servicio de la rebelión. Igual organización jerárquica revelan los procesos formados en la audiencia de Charcas. ~ Punto de convergencia de las columnas que partieron del Cuzco: la ciudad de Tinta; objetivo inmediato, cortar el paso de la sierra a la cordillera; táctica operativa, maniobra envolvente para atrapar en el cerco a José Gabriel Tupac Amaru con su familia y sus huestes. Duró un mes la operación, sin un combate definitivo ni un avance continuado. En la noche del 19 al 20 de marzo, fiesta onomástica del mariscal y del presunto inca, según advierte un cronista, una estrata– gema cazurra estuvo a punto de desbaratar todo el dispositivo. El cuer– po de ejército del inspector de todas las armas, José del Valle, había acampado en Pucacasa. De improviso cayó una fuerte nevada. Rudo lance para quienes procedían de la costa. Nada extraño para los indios de la puna. José Gabriel apercibió 10.000 encamisados, en los que el ardor combativo se alimentó con aguardiente. El abandono de las filas realistas por unos 1.600 nativos de Anta, Abancay y Huamanga, le había sido muy valioso para montar el asalto; pero la deserción de uno de sus «coactos», el mestizo Januario Castro, puso en guardia al ejér– cito del mariscal Valle, que si no causó muchas víctimas entre los enca– misados, se salvó de una negra catástrofe. Al día siguiente, 21 de marzo, decidió el mariscal, en consulta de guerra, abandonar aquellas cimas y dar a su gente unos días de descanso en el grato temperamento del valle de Urcos. Llevaban tres días sin probar caliente y «sin una boñiga de buey para calentarse» (119). (118) AGI, Cuzco, 33, Proceso a José Gabriel, fols. 158-175. (119) A. Jáuregui a J. Gálvez, Lima, 22 de abril de 1781, a tenor del informe recibido del inspector Valle: AGI, Lima, 660. Nuevo informe de José del Valle al virrey A. Jáuregui, Cuzco, 5 y 12 de julio de 1781: AGI, Lima, 660 y 1040. Reivin-

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