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ANALISIS DE LA REBELION DE TUPAC AMARU 47 puestas calumnias del «coronel» Juan de Dios Valencia. El nunca pre– dicó contra doña Micaela Bastidas, su señora, sino que expuso a los feligreses «que vuestra merced es azote e instrumento de Dios, ofendi– do por tantos vicios y pecados». Ha renunciado a su ayudantía para que el tal Valencia deje de incomodarle. En todo se sujeta al arbitrio de su señora gobernadora, «tan dotada de prudencia y tan compasiva a perdonar pecados ... , de modo que mi más leve movimiento es de vuestra merced». Este sacerdote fue uno de los diecioch::> curas proce– sados en la curia diocesana del Cuzco con el doctor Chávez de Men– doza por presunta infidelidad a la corona española durante la insurrec– ción tupamarista. Al tribunal de Micaela Bastidas apelan Angela Pacuri y su marido contra las falsas declaraciones del alcalde de Payacara. Y de acuerdo con las decisiones de su «muy venerada Señora» y «muy venerada Madre» se van ocupando los puestos en la quebrada de Quiquijana y en los altos de Catea y de C'apana. Y por su mandato se mantiene su «mínima criada», la insigne cacica de Acos. Tomasa Condemaita, en la defensa del paso de Pilpinto al frente de una grey exclusivamente femenina: «que para ser mujer, harto he hecho en defenderme en mi puesto» (86). El regente de estudios del convento de la Merced en Cuzco, fray Juan de Ríos Pacheco, admira la «resolución subrevaronial» de aquella mujer, que, ante la falsa alarma de que su marido corría peligro en Velille, se puso al frente de mil hombres pronta a lanzarse en su ayuda. Cada noche organizaba el rezo del santo rosario ante el Cristo mila– groso de Tungasuca, y cuando algún sacerdote se llegaba a su casa, no escatimaba estipendios para misas por la causa, pues que «sus inten– ciones y las de su marido eran santas y puestas en razón, dirigidas sólo al servicio de Dios y de su majestad y alivio de sus vasallos, oprimidos por la libertad y autoridad de los malos ministros que le ocultaban todo al Rey» (87). (86) Tomasa Tito Condemaíta a Mícaela Bastidas (s. f.): «Autos seguidos contra Thomasa Condemayta, Cacica de Acos», fol. 5. Se ratifica la defensa femenina del paso de Pilpinto durante un tiempo, tal vez un mes, por la «Relación de las opera– ciones de los habitantes de Paruro... a las órdenes de su corregidor Dn. Manuel Castilla»: RAH, Col. Mata Linares, tomo 57, fols. 82 y sigs. Los otros fragmentos de cartas en «Autos M. B.»: AGI, Cuzco, 32, y de Antonio Bastidas: AGI, Cuzco, 32. (87) Informe del padre mercedario, en AGI, Lima, 1042: cuaderno de copias relativas a la rebelión de José Gabriel, fols. 88v-105.
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