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30 EULOGIO ZUDAIRE HUARIB occidental. Aún quedan restos en la altiplanicie (por ejemplo, ~pillas abandonadas) que lo están proclamando. Aun cuando los criollos causaron algún recelo a las autoridades gubernativas, nunca llegaron a declararse en favor de la insurrección; cierto que de los procesos llegó a deducirse que no le faltaron auxilia– res secretos, «personas de esfera» poco menos traidores que José Ga– briel. Mas no porque intentaran «subvertir la dominación (metropoli– tana), sino solicitar que prosigan sus antiguas libertades de no pagar al sagrado caudal de los fondos públicos o Erario más que aquello que quieran» (37). No podía seducir la restauración del incario a quienes tan incrus– tados estaban en el régimen político, militar y financiero del país: tribunal de la real audiencia, pese a los empeños del ministro José de Gálvez; tribunales de cuentas, régimen de los municipios, agricultura y comercio, aun el que se ejercía mediante los corregidores, a los cua– les proveían de géneros los grandes hacendados criollos; navieros de la carrera de Chile y traficantes con la península, en donde les repre– sentaba su apoderado general; en la iglesia y en el ejército habían alcanzado las más altas dignidades, aun de arzobispos y capitanes gene-– rales, como lo prueban las estadísticas que en 1780 publicaba el limeño Gregorio Cangas (38). La chispa o centella que pudo encender en al– gunos de ellos el primer choque pronto debió de extinguirse al soplo cruzado de presagios siniestros: nada venturoso podía esperarse de una plebe que, sin distinguir oriundeces, comenzaba a ensañarse en los pucacuncas o caras blancas; ni de un caudillo que, como declaraba su coronel forzado Ventura Landaeta, soñaba paraísos de coronación. Y uno y otro fenómeno registraron muy presto no solamente el virrey, el ,visitador general y el juez instructor de la causa tupamarista, sino ilustres criollos como el obispo Moscoso y el héroe de Puno Joaquín de Orellana (39). (37) Areche a J. Gálvez, Cuzco, 1 de marzo de 1781, n. 263: AGI, Lima, 1085, y Cuzco, 30 de abril de 1781, n. 278, en que añade a la repugnancia del impuesto fiscal <~el odio de los europeos». Mata Linares a J. Gálvez, Cuzco,· 30 de junio de 1783, sobre el cuidado que causaron los criollos. (38) León Campbell, «Los criollos en la Audiencia de Lima», en V Cor¡¡¡reso de Historia Americana, 2 (Lima, 1972), 393-403. J. R. Fisher, Government aná Society in Colonial Peru, Londres, 1970, págs. 8 y sigs. Gregario Cangas, Descripción Dialo– gada, RAH, Col. Mata Linares, XXV, fols. 1-107. John Preston Moore, The Cabildo in Peru under the Bourbons (1770-1824), Duke University Press, Durham, 1966; VI+ 275 págs. (39) «Informe relacionado del cabildo del Cuzco al rey»: RAH, Col. Mata Li-
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