BCCCAP00000000000000000001059

CLARA DE ASÍS EN LA TIPOLOGÍA HAGIOGRÁFICA 277 Santa. Fue pedida declaración a trece hermanas de la comunidad, seleccionadas entre las que podían proporcionar datos sobre el curso completo de su vida a partir de la niñez; durante el proceso fue añadida la testificación de otras dos hermanas. Las informaciones se completaron con el interrogatorio de cinco testigos seglares de la ciudad. A partir del año 993, en que tuvo lugar la primera canonización pontificia, se fue reservando progresivamente a la Sede apostólica la inserción de los siervos de Dios en el catálogo de los santos y, desde fines del siglo xn, se fue introduciendo un tipo de proceso, que se realizaba bajo la responsabilidad de un obispo o de un legado pontificio, siempre por comisión del papa. Al principio se insistía más bien en los milagros obrados por intercesión del siervo de Dios en vida y después de su muerte. Luego se fue dando importancia a la vida; todo proceso requería un Liber vitae y un Liber miraculorum. Bajo Inocencio 111 se exigió un inte– rrogatorio riguroso de los testigos para el examen de los milagros; éstos eran considerados, no sólo como sello de corroboración divina de la santidad, sino también como expresión de la vox populi, que venía siendo aún la base fundamental del culto público; es lo que hoy recibe el nombre de fama sanctitatis. A partir de 1230 existía un modelo de articuli interrogatorii, o sea un cuestionario que generalmente era preparado por los procuradores de la causa. Así se hizo en los proce– sos, que se conservan, de santo Domingo (1233) y de santa Isabel de Hungría (1234) (cf. Vauchez). Por lo general la legenda o vida oficial de la canonización se pre– paraba sobre la base de las informaciones del proceso, sistematizadas y completadas. De aquí la preferencia que ha de darse, desde el punto de vista crítico, a las declaraciones de los testigos del proceso sobre la elaboración del biógrafo. En el caso del proceso de santa Clara, llegado hasta nosotros en una versión en dialecto umbro, el cuestionario fue mandado por el papa Inocencio IV al obispo de Espoleto, comisionado por bula del 18 de octubre de 1253 para instituir la investigación de vita, conversione et conversatione, ac de miraculis. En realidad, al examinar el texto de la bula, queda la persuasión de que lo que el papa pretendía no era sino contar con un requisito canónico para proclamar santa a la que él mismo, en las exequias, había ya intentado honrar como tal, celebrando el Oficio de las vírgenes en lugar del de difuntos (LCl 47).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz