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-4- PADRES QUE ASISTIERON AL CURSILLO Formaron la presidencia de honor del Cursillo el M. R. P. Provincial, el R. P. Guardián de Estella y el M. R. P. Teófilo de Orbiso. Y la presidencia efec– tiva el R. P. Gabriel de Lezáun junto con don Angel Suquía y el ponente de cada día. Actuó de Secretario del Cursillo el R. P. Lázaro de Aspurz. Además de éstos tomaron parte en el C'.1rsillo los siguientes: R. P. Bartolomé de Tudela R. P. Diego de Alzo R. P. Gabriel de San Sebastián R. P. Tarsicio de Villava R. P. Bernardino de Murieta R.. P. Jerónimo de Egüés R. P. Ildefonso de Bilbao R. P. Alberto de Urdiáin R.. P. José María de Zudaire R. P. Ricardo de Alsasua R. P. Venancio de Huarte-Araquil R. P. Matías de Torrano R. 'P. Macario de Mondragón R. P. Gregorio de Abárzuza R. P. José Luis de Tudela R. P. Felipe de Barañáin R. p. Jerónimo de Salinas R. P. Lucio de Cirauqui R. P. Domingo de Beizama R. P. Jerónimo de Lezáun R. P. José Luis de Sangüesa R. P. Javier de Sangüesa R. P. Gumersindo de Pamplona R. P. Eusebio de Iturgoyen R. P. Esteban de Ceánuri R. P. Vicente de Artabia R. P. Jaime de Lezáun R. P. Román de Mues R. P. Melchor de Asiáin R. P. Julián de Beizamc1 R. P. Francisco de Bacaicoa R. P. Eusebio de Elcano El día 2 de agosto, a las siete de la tarde, fué la inauguración del Cursillo, después de la función eucarística de la fiesta de la Porciúncula. Tomó la palabra el M. R. P. Provincial para explicar el porqué de este cur– sillo. Ni en el título ni en los números del programa hay mención alguna fran– ciscana: ¿ una omisión? Sí, una omisión intencionada. Urgía estudiar la trama de los Ejercicios y ponernos en contacto con la corriente más representativa del actual movimiento de ejercicios, la nscitada por el malogrado don Rufino Alda– balde en la diócesis de Vitoria. En cursillos ulteriores podremos ir acoplando y valorizando nuestros recursos tradicionales, recurriendo a los tesoros de la espiri– tualidad francisc¡ma. Hizo notar además el P. Provincial la pr<?sencia de dos ideas en el progra– ma del Cursillo: el Cincuentenario de la Provincia y el Año Santo. La celebra– ción del Cincuentenario es como un reclamo a formar a nuestras jóvenes gene– raciones, llamadas a continuar y acrecentar la vida de la Provincia para el porvenir. El Año Santo, «año del gran retorno y ,lel. gran perdón», nos estimula a preocuparnos de la reconciliación de las almas extraviadas, de la· ordenación de la vida cristiana hacia los ideales evangélicos; y el libro de los Ejercicios es la llave providencial, la ruta de las almas que vuelven a Cristo. Habló a continc1ación el P. Ildefonso de Bilbao haciendo la presentación de don Angel Suquía; comenzó leyendo la carta del profesor del Cursillo aceptando la invitación y manifestando que para él no sólo era un honor, sino un gran mo– tivo de alegría el poder intervenir en una ocasión tan propicia para producir un mayor acercamiento entre la obra sacerdotal y la Orden capuchina. Don Angel -prosiguió el P. Ildefonso- es un buen amigo nuestro; terciario franciscano, sabe de nuestro espíritu y lo vive en su acción sacerdotal; es de los discípulos de primera hora de don Rufino Aldabalde y 1.mo de los más activos impulsores del despertar sacerdotal en Vitoria, que tan extraordinarios frutos ha producido en el espacio de diez años. Ocupó después la cátedra don Angel Suqufa para darnos su lección intro– ductoria. Confesó hallarse penetrado de verdadera emoción al sentir la unión sacerdo– tal _tan palpable en esta circunstancia y añadió a las dos presencias enuncfadas por el P. Provincial otra presencia implícita, que es la que han de formar la atmósfera del Cursillo: el sacerdocio.

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