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27 -- orientaeión positiva; más que de pecados háblese de la virbd. 6. 0 ) La confosión tn los ,ejercicios y en la vida posterior. 7. 0 ) La oración y la Misa, 0xplicada en forma práctica. 8. 0 ) El carácter: inculcarles la sinceridad y la caridad; la hombrí" cristiana; 9. 0 ) Apostolado: su lugar propio son las meditaciones de la vida pú– blica. Plan de ejercicios a obreros: Dí, l.º: Meditaci<,ncs Origen y fin del hombre. Fin de las criaturas. Salvación. El pecado y mi his– toria. Día 2 º· Infierno. Muerte. Misericordia. Seguimiento de Cristo. Día 3 °· Belén. Nazaret. Día 4 "· Vida pública. Bienaventuranzas. (Dos banderas) Eucaris:ía. Getsemaní. Cruz. Resurrección. Pláticas Apertura de conciencia. Vida de fo. Impureza. Confesión. Vida de oración. Tu vida ordinaria. Misa. La Virgen María. Final: Pentecostés. Plática de comunión. Exámenes Los ejerciei<Js. Deberes familiares y profesionales. Carácter - Since– ridad - Caridad. 3.-UN CURSO DE EJERCICIOS SEGUN EL PLAN DEL P. CALVERAS Por el R. P. José Luis de Tudela El ponente pre!'lenta un interesante resumen de las lecciones dadas po:· el jesuíta P. Calveras, uno de los expositol'es más autorizados de los Ejercicios ignacianos, en el cursillo tenido en Vitoria el año pasado. Por tratan,e de p::mtos de vista originales sobre puntos discutidos, hace hincapié el P. Jósé Luis· soh,e las teorías máf' personales del P. Calveras. 1. 0 ) Orientación y entrenamiento espiritual.---[nsiste el P. Calveras en que los Ejeicicios de San Ignacio no son una orientación para la vida, sino un entre· namiento. El mismo título puesto por San Ignacio es una prueba de ellos: Ejer– cicios «para vencerse a si mismo y ordenar su vida». No se trata de ensefün-lf, al ejercitante cómo se ha de vencer después, sino de guiarle en un vencimiE:n1-o actual y en una ordenación actual de la vida según la voluntad de Dios. E~ un vencimiento que se realiza sobre el entendimiento, la voluntad, la sensibilidad y los movimientos inferiores del hombre. Todo esto exige un trabajo personal en el ejercitante, que es un verdadero entrenamiento. El P. Calveras, hecho a dirigir ejercicios de mes a personas formadas. es poco amigo de los ejercicios en que el director habla mucho; quiere que los pun– tos propuestos para meditar sean breves y que el ejercitante haga el trabaje, de las consideraciones y de la oración a solas. No se ejercita espiritualmente qo;en se contenta con escuchar la palabra del director, aunque se conmueva profunda mente, ni quien lee libros espirituales con atención, si'no quien ejercita sus -facul– tades en la meditación; como no hace ejercicio corporal. el que, asiste de espectador a un partido o a una sesión de gimnasia, por mucho entusiasmo que sienta...
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