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-25-- formación indispensable en m11terias religiosas para poder seguir los ejerClCl()S. Pero, naturalmente, hay que distinguir entre ejercicios de conversión y ejercicios de perfección; casi siempre <leb.erán ser de conversión. En muchos ambientes hay que comenzar pcJr una preparación general: c1na misión a obreros; después ,apan:– cerán los que quieren hacer ejercicios cerrados. Reclutamiento.-Puede hacerse por medio del Secretariado de Ejercicios de la diócesis o pc•r medio de la HOAC, que organiza equipos especiales pa,ra este fin, o por medio de la Acción Católica. En caso de no poder utilizar estos med.: :•e, tendrá que ir el organizador de la tanda a las fábricas o entenderse con los pá– rrocos. Ha de procurar conseguir de la dirección de la empresa el permiso pam los obreros ejerdtantes, que no deberán ser muchos de cada fábrica, el pago de los jornales y a poder ser aun· de la pensión; si se lo niegan, deberá aprovechar las vacaciones de verano a que tiene derechó cada trabajador; esto supone un sacrificio al que no están dispuestos todos los ejercitantes. Es muy importante cuidar de la homogeneidad de la tanda: agrupando jóve– nes, casados, obrl:!ros. de fábricas, ferroviarios, mineros, campesinos... , ya que cada clase de trabajadores tiene su idiosincrasia particular. Circunstancias.-1) De lugar. Los ejercicios se han de hacer a poder ~er fuera de la localidad donde vive el obrero, pero no muy lejos, no sea que lo túlne ·conio asunto de turismo si se le pagan los viajes o le resulte demasiado sacrificio en caso contrarb. El local ha de ser apropiado, no improvisado, con habitaciones individuales. 2) De tiempo. Cualquier época del año es buena, excepto cc1ando hace ex– cesivo calor. Como prueba de la buena voluntad y de la decisión de los ejercit?n• tes se les podrá exigir el sacrificio de las vacaciones, lo cual ahorrará dificultades con fo, empresa. 3). · Duración. Para los obreros de conversión hay suficiente con cuatro días completos; para los de perfección lo normal es emplear cinco' días. 4) Horario. Se tienen cinco actos al día: cuátro meditaciones y una plática, más el exámen. Conviene no dejarlos solos mucho tiempo, porque no saben lo que hacer. Hay directores· que hacen la lectura en común; pero no parece acertado, porque los obreros comunes no aguantan media hora de lectura. Ejemplo de horario: Mañana 7'10.-Levantarse. 7'30.--;--Oraciones y meditación. 8'30.-Misa. 9 .-Desayuno. 10 .-Plática. 10'3.0.-Tiempo libre. 11 .-Meditación. 12 .-Tiempo libre. 12'35.--Exámen. 1 .-Comida. 2 .-Descanso. Tarde 3 .-Rosario y Vía Crucis. 3'30.--Tiempo libre. 4 .-Meditación. 5 .-Merienda. 5'45.-Plática. 6'15.-Tiempo libre. 6'45.-Meditación. 7'45.-Bendición. 8 .-Cena., 9 .-Oraciones de la noche y exámen. 9'30.-D!)scanso. 5) Silencio. Es condición necesaria. Los obreros saben guardarlo sí se les exige debidamente; hay que vigilarlos un poco, sin hacerse odioso; . sobre , todo se debe impedir que vayan a los cuartos de los otros. Si se viese a alguno oue no entra en este plan de seriedad, se ha de procurar despacharlo antes a fin ele que no impida el fruto de la tanda. . 6) Método. Ha de ser sencillo y claro; ni una sola palabra ni· una idea 0 imáge; que no la entiendan todos; han de usarse comparaciones propias de obreros, sacados de sus profesiones. Téngase además en cuenta que los obreros no saben hacer n:editación solos si no es por poco tiempo; se les ha de dar todo hecho e instruirlos sobre el modo de utilizar los libros.
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