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Es importante distinguir entre 1) estado canónico de perfecdón: la vicia re– ligiosa, 2) estado cuasicanónico: los institutos seculares, 3) estado de perfecciór: moral: el sacerdocio, por ejemplo. c) . Vocadón.-El concepto de vocación. ha sido. origen de muchas confusiv• nes y por lo m:smo hay que tratarlo con tiento. En la sagrada Escritura se habla de. diversas clases de vocación: .a la vicia natural, a la vida de la gracia, a misiones ·concretas; no se puede, por lo tanto. alegar cualquier texto bíblico cuando se trata de vocación religiosa. · Siendo tan ambiguo e: vocablo, ¿ por qué se lo maneja tantas veces? ¿ a 'lué esa tendencia de las jóvenes, sobre todo, a hablar de vocación? ¿ qué signi:ica responder a la vocación, perder la vocación, fracasar en la vocación? En el concepto de vocación entran varios elementos fundamentales: l.") la iniciativa de Dios; 2. 0 ) el llamamiento amoroso; 3. 0 ) este llamamiento no ,,s una imposición,· sino. una solicitación a una voluntad humana. libre. d) Concepto de elección.-En el libro de Ejercicios ni una sola vez se habla de vocación; y se comprende: en el sistema teológico de la Compañía de Jesús no se puede hablar de vocación, sino de elección. Y es mejor presentar de esta manera el problema. La eiección presupone, es cierto, una vocación de Dios, que es quien da la aptitud y el deseo sobrenatural. El problema de la elección de estado existe en todos los ejercitantes: o lo despierta Dios o se lo plantea el alma o lo provocan con frecuencia los directores espirituales que envían con este fin a ejercicios a sus dirigidos. Este problema puede presentarse en forma individual y en forma colectiva. Pero el director de ejercicios no debe presentarlo ni provocarlo colectivamente, porque la mayoría de los ejercitantes no está en condiciones ni lo necesita. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en un· sector de los oyentes de .todas las tandas se plantea el problema; la solución no ha de ser colectiva, sino individual. Presentándolo colectivamente, 1. 0 ) se pierde el tiempo, 2. 0 ) se confirma a los ejercitantes en el prejuicio, muy común, de que los ejercicios son un «gancho» p¡ua lograr vocaciones, 3. 0 ) se les deja con la sensación de «fracasados>> si no responden, cuando en realidad. no habrá tal fracaso; y esta impresión puede influir fatalmente en toda su vida, 4. 0 ) se crea una sensación de angustia e inquü~tud, muy funesta para la vidtt de oración y de apostolado. No sólo se ha de tener m cuenta el bien que se hace a los que· responden, sino también el daño que se pro– duce a los demás sin culpa de ellos. ¿ Cómo se responde a las exigencias individuales del sector que siente el problema de la vocación? El re'sorte m6s seguro es: 1. 0 ) dar la impresión de que el director no tiene psicosis vocacional; pero por otra parte considerar a 2sas almas como la porción escogida de la tanda y atenderlas particularmente en toda la marcha de los ejercicios; conviene advertir en la primera plática. que cada cual deje el problema de la elección de estado para más tarde, de lo contrario e~ta preocupación impediría el fruto de la primera semana e impediría una recta e1ec;ción; 2. 0 ) Préparar la apertura del alma que tiene .el problema vocacional; J;ara ello basta con hacer alguna alusión delicada a las dudas. sobre la vocación, centrando bien el problema. En la meditación del «principio y fundamento» se puede hacer incapié en la posibilidad de una entrega total a Dios en muchas estados de vida, poniendo de relieve la predilección de Dios al crearnos y lüs planes partiirnlares que tiene sobre cada uno; en la de los «tres pecados» se lanza la pregunta: ¿ qué debo hacer yo por Cristo? y después: ¿ quién sabe con qué fines te habrá conservado el Señor sin pecar mortalmente? O bien: Hay almas que han reparado toda una vida de pecado entregándose por completo a Dios... Sobre todo la meditación del <<rey temporal» se presta a delicados toques en esta materia; pero téngase presente que muchos .ejercitants creen que este ejerc'.cio va dirigido exclusivamente a captar la vocación; por eso no h1;1y que plantear el problema directamente. ¿ Cómo apreciar el problema'/ 1. 0 ) Se ha de oír la historia de la vocación cuando el ejercitante la presenta: cómo nació, en qué circanstancias, si vino de fuera, si salió de adentro; áptitudes para la vocación a que se siente llamad;:i: salud, talento, vida moral; sobre todo los móviles vocacionales. (aquí és donde

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