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EUROPA pOS'rRIDEN'.tINA 243 suerte muy diversa: en la parte austríaca y prusiana gozó de relativa libertad, pero en el territorio anexionado por Rusia, que forma la mayor parte, fue víctima de numerosas persecuciones, dirigidas sobre todo contra los ruthenos unidos ; la última diócesis ruthena fue supri– mida en 1875. Al recobrar Polonia su soberanía después de la primera guerra mundial, reorganizóse la vida católica ; los uniatos ruthenos y armenios volvieron a tener su jerarquía propia. Tras la segunda guerra mundial, el territorio polaco quedó desplazado hacia occidente, ~ con )o que la población ortodoxa y uniata volvió a caer bajo la URSS casi en su totalidad y obligada a depender eclesiásticamente de Moscú. He aquí los cambios en la distribución religiosa, según censos efectuados en fechas correspondientes a tres etapas muy diferentes (el de r88o abarca sólo la. Polonia rusa) : Año Católicos Católicos Ortodoxos Vrotesjantes Judíos !aUnos de rito griego 1880 ......... 6.113.000 388.223 ? 439.677 1.160.487 1915 ......... 17.421.346 3.379.613 464.415 2.918.916 2.755.697 1933 ......... 19.137.421 4.096.864 ? 3.762.000 3.113.000 1948 ......... 20.500.000 430.000 250.000 55.000 1960 ......... -- 27.975.000 -- 500.000 494.598 4'2.000 (En el número de protestantes de 1960 van incluidos los 300.000 adheridos a la Iglesia nacional polaca.) Hungría, dividida entre el imperio otomano y el dominio de los Habsburgo desde 1526, estuvo a punto de convertirse en país calvi– nista en el siglo XVI ; la lucha por la restauración católica duró un siglo entero, y fue difícil; por fin, al apoderarse la casa de Habsburgo de todo el territorio húngaro en r686, .el catolicismo quedó- definitiva– mente consolidado. Desde esa fecha se inicia la labor entre los orto– doxos de la Bucovina y Transilvania, arrebatadas a los turcos, lo– grándose la reunión a Roma de la mayor parte de la población : en 1750 eran 569.000 los rumanos unidos y s61o 25.000 los no unidos en Transilvania. La gran monarquía húngara 1 asociada al imperio austríaco, qued6 reducida a sus fronteras naturales después de la pri– mera rguerra mundial; el catolicismo pudo desenvolverse con mayor libertad y vitalidad, venciendo el intento comunista de 1918. Por el contrario, la segunda postguerra, como es sabido, ha traído la per– secución sistemática de la Iglesia bajo el régimen marxista,

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