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J;)UROPA POSTRIDENTINA 227 en muchas regiones de Suiza, Austria, Bohemia, Moravia, Hungría y Polon~a. Finalmente, la desoladora guerra de Treinta Años señaló el último acto de la tragedia religiosa del cen'lro de Europa, cuyo desenlace fue la paz de Westfalia (1648). Lo mismo que ,en el orden político, los tratados de Westfalia tu– vieron como consigna en el terreno religioso asegurar la paz mediante el equilibrio de fuerzas. Un largo siglo de guerras religiosas y de controversia ideológica había cansado los espíritus. Por otro lado nuevos aires de signo racionalista soplaban en filosofía. Se impuso, como por ui: acuerdo tácito, la tolerancia religiosa y la coexistencia pacífica en los países de pluralismo confesional. Detúvose la restau– ración católica, renunciaron las s,ectas a ulteriores avances territo– riales, y quedaron definitivamente delimitadas las áreas de predo– minio de cada credo. Se había fijado para tres siiglos el mapa r 1 eli– gioso de Europa : Países qatólicos: Italia, Francia, España, Portugal, Irlanda, Bél– gica; Austria, Bohemia, Moravia, Stiria; Baviera, Westfalia, obis– pados de Colonia, Tréveris, Maguncia, Würzburg y Bamberga; Po– lonia (con Lituania) ; Hungría; diez cantones de la confederación helvética. Países luteranos: Todos los estados alemanes del norte y algunos del sur, como Wurtenberg; Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia y Letonia. Países c.1hiinistas: Doce cantones de la confederación helvética ; Holanda; Escocia, :f grandes núcleos en Francia, Inglaterra, Hun– gría, etc. Países anglicanos: Inglaterra y Gales. Países ortodoxos: Rusia; Ucrania; Rumania, Bulgaria, Servia, Montenegro, Grecia y, en general, todos los países europeos subyu– gados por el imperio otomano.

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