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III EL MAPA RELIGIOSO DE EUROPA Alphonse Dupront ha insistido en el carácter mediterráneo de la asamblea tridentina : «Convocado para responder a las amenazas que vienen del Norte y del Oeste, el Concilio de Trento será una asamblea de hombres del Sur... ; un acto de sociedad mediterránea.» Y cita el juicio mordaz de Sarpi y de Jurieu que, en el siglo xvn, lo denun– ciaron ya como «concilio de Italia y de los italianos». El hecho es innegable : un ochenta y cinco por ciento en la primera etapa y más del setenta y cinco por ciento en la tercera lo forman los italianos y españoles ; el predominio italiano es absoluto, y consta que entraba en la política conciliar de la santa Sede. Sin embargo, nadie dudó entonces de la ecumenicidad, no sólo de iure, por la convooación universal, sino aun de facto, por la presencia representativa de las cuatro grandes naciones que, en la mentalidad de -entonces, integra– ban morialmente la cristiandad: Italia, Alemania, Francia y España M. «Si a ur. mapa reli1gioso de Europa se le superpone otro del Impe· rio romano, aparecerá de manera impresionante que, en Occidente, el antiguo limes romano viene a marcar, casi ex,actamente, la línea de separación entre el luteranismo, de una parte, y ,el catolicismo y el calvinismo, de otra ... Son dos civilizaciones, dos mundos dife– rentes ... Los calvinistas triunfan en Suiza, en los Países Bajos del Norte, ,en Inglaterra y en el Palatinado, es decir, en países que, aun habiendo sentido la influencia romana, no quedaron incorporados al Imperio más que momentáneamente, y donde las invasiones hicie– ron desaparecer casi totalmente la tradición románica, como lo prueba la situación ligüística ... » 35 • No carecen de perspicacia estas obser– vaciones del historiador Pirenne, si füen, por el espejismo de esas coincidencias lingüísticas y retrospectivas, se corre el riesgo de no ver en la ruptura de la unión religiosa del siglo XVI otra cosa que un fenómeno cultural y sociológico inevitable. Corrobora Pirenne su tesis afirmando que los enclaves católicos en el mundo germánico se explican por el hecho de que allí la filiación religiosa no quedó 34. A. DUPRON'I': El Concilio d'e Trento. :B:11: El Concilio y los Concilios. (Madrid, 1962) 250-258. 35, J. PIRJNNE : Historia Universal, III (Barcelona, 1953) 65-75,