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II VALORES DINÁMICOS P0STRIDENTIN0S Hay una serie de aspectos en que, mejor que en el terreno de las ideas, se pone de manifiesto el ,grado de distanciamiento operado entre los dos mundos espirituales de Europa desde mediado el si– glo XVI : el arte, la eficacia santificadora, la proliferación incesante de nuevas fundaciones religiosas, el impulso evangelizador. Me limi– taré a ligeras indicaciones sobre cada uno de estos apartados, con el fin de poner de relieve lo verdaderamente dinámico del catolicismo postridentino, esa marcha triunfante de la caridad que, si bien no se inició en Trento, tampoco pudiera triunfar sin Trento. Y es la. mejor respuesta a quienes, con enorme falta de perspectiva, no ven en los cuatro últimos siglos otra cosa que esta actitud de «fortaleza sitiada». I. LA ERA DEL BARROCO El barroco, arte de la contrarreforma, es el título de una exce– lente obra de Werner Weisbach, traducida y prologada pon Lafuente Fertari 21 • Y es mérito de este crítico alemán y del francés Emile Mále 22 el haber rectificado definitivamente el concepto peyorativo tradicional y el haber descn'bierto la verdadera grandeza de este es– tilo, que logró su más auténtica formulación en el arte español del siglo XVII, como lo afirman ambos autores. Está en lo cierto Weisbach al presentar el arte del renacimiento, con su culto de la forma y de la armonía clásica, como un solaz de la minoría embriagada de humanismo, un arte que no llevaba men– saje alguno espiritual al pueblo creyente, un paréntesis artificioso en la marcha normal del arte europeo. En lo que ya no anda tan acorde con la realidad histórica es en hacer derivar el nuevo estilo cristiano de la reacción contra el protestantismo. El proceso hacia un subjetivismo cada v,ez más marcado está patente en todo el arte de Europa desde el siglo XIII. Subjetivo, en medio de su idealismo, es el estilo ojival en arquitectura ; suojetiva toda la trayectoria de la pintura desde Cimabue y Giotto, lo mismo en los «primitivos» italianos y españoles que en las tablas góticas 21. N. W. WEISBACH: El barroco, arte de la Contrarreforma. Madrid, 1948. 2.a ed. 22. E. Mil.LE: L'art religieux apres la Concile de Trente. París, 1932.

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