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Dios el bien, fuente de todo bien 83 Regla non bulada 23,9: « Ninguna otra zosa deseemos, ninguna otra ambicionemos... sino el solo verdadero Dios, que es pleno bien, todo bien, bien total, verdadero y sumo bien, El, que es el solo bueno (qui est plenum bonum, omne bonum, totum bonum, verum et summum bonum, qui solus est bonus) ». Carta a todos los fieles 62: « A este Dios, que tantos bienes nos ha comunicado y nos ha de comunicar en el futuro, toda creatura tribútele gloria... : porque El es el solo bueno (qui est solus bonus) .». Paráfrasis del Padrenuestro 2: « Que estás en los cielos... Tú, Señor, eres el sumo bien, eterno bien, del cual procede todo bien, sin el cual no hay ningún bien (summum bonum, aeternum bonum, a qua omne bonum, sine qua nullum bonum) ». Alabanzas para cada Hora. Oración final: « Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien, total bien, tú que eres el solo bueno (omne bonum, summum bonum, totum bonum, qui solus est bonus) ». Alabanzas de Dios altísimo. « Tú ere_s el bien, todo bien, sumo bien (tu es bonum, omne bonum, summum bonum) ». Es claro, por los textos citados, que toda esa agathonomia, como diría el Pseudo-Dionisia, no reconoce otro origen, en Francisco, que la contemplación amorosa de la palabra de Jesús: Dios es el solo bueno (Le 18,19). No hay por qué detenerse a precisar qué es lo que Francisco quiere expresar con cada uno de los adjetivos aplicados al Bien: omne, totum, plenum, summum. Sería ocioso alambicar el sentido, no ya filosófico, sino aun gramatical, de esa sucesión, que viene a decir todo a ún mismo tiempo: plenitud, universalidad, totalidad, supremacía. De semejantes series de sinónimos, referidos a Dios, hay varios ejemplos en los escritos del santo: « piadoso, manso,

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