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EsPIRITUALil>AD DE LA REGLA Del texto de la Regla pasemos a su espiritualidad, tal como la ofrece el texto y lo comentan los Papas y Superiores Generales. El ambiente en que se .mueve toda la vida de la Regla y de la Orden Tercera es eminentemente evangélico. No cesan de inculcarlo los últimos Ro– manos Pontífices. Y sus virtudes más características: el amor de Dios y del prójimo en todas sus manifestaciones, la penitencia, la humidad y la pobreza. Todo ello en la conciencia clara de que el terciario es un buen cristiano y nada más. Conseguir vida auténticamente cristiana: he ahí el orgullo· y el ideal de todo terc.iario. Realizarlo mediante la imitación a Francisco y con sus virtudes características: he ahí el camino. · Contra banquetes, abstinencia; contra diversiones nocivas, mortificación; contra vestidos indecentes, modestia cristiana; contra despreocupación de los hijos, cumplimiento de los propios deberes; contra infidelidad de los cónyuges, castidad; contra soberbias y apariencias, humildad; contra el afán de dinero, · amor a la pobreza. ¿Programa difícil? Podrá· serlo. Pero únicamente presen– tando a la Orden Tercera tal como es en sí atraerá a las almas fervorosas. De lo contrario nos encontraremos con numerosos· terciarios, pero que sólo lo. serán de nombre. ¿No está aquí tal vez una de las causas del actual estanca• miento de institución tan alabada de los Papas? Muchos cristianos dan su nombre a ella como lo dan a cualquier otra ¡J.sociación de tercera categoría. Y permitir eso es traicionar a la .sublime idea de los Romanos Pontífices. Y junto a todas estas virtudes, el apostolado. Es verdad que ante todo y sobre todo deben procurar los terciarios su propia santificación. No lo negamos. Es lo principal. Mas, de_sconectarla de la regeneración de nuestros hermanos, es ilusión. Imposible que pueda sub– sistir Hermandad floreciente si no bulle .en ella el ansia de apostolado y su actualización mediante diversas fonnas. Exigencias vitales El apostolado de los terciarios no es algo 1;1ñadido estos últimos tiempos a la Orden. Siempre · ha existido a través de su historia: cárceles, hospitales, obras de beneficencia, etc., etc., son sólo nombres que recuerdan lejanamente algo de lo mucho que en todos los siglos ha realizado la institución franciscana en pro del bien de la humanidad. El apostolado es una exigencia vital. Numerosas son las razones que abogan insistentemente por él. El terciario debe ser apóstol: 1) Por ser cristiano. No es concebible, por ir contra las enseñanzas del Maestro, que un cristiano se encierre egoísticamente en sí mismo., Hacerlo es dar un bofetón a Cristo en cruz. Si nunca lo pudo ser, menos en la actualidad, cuando se precisan absolutamente los esfuerzos aunados de todos los hombres de buena voluntad.

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