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interprovinciales; tnt1,ajat cu,, "' ,.,.~L•J •ivv~,dr Y C()Il los B't:rrnnan:,mu; para difundirla entre ellos, con el fin de restar antipatías. Fin de ,'.a Orden Tercera: la santificación propia y la regeneración de la sociedad. Medios de apostolado: siempre y en todo el buen ejemplo; la caridad en todas sus formas; procurar la instrucción religiosa completa entre los afiliados. Congreso de Apostolado de 1948 No queremos hablar de las diversas comunicaciones que en torno a la Orden Tercera se redactaron en el reciente congreso de apostolado, celebrado en Roma en 1948. Como ambiente que refleja el sentir común, transcribimos una conclusión del mismo que dice relación a ella: i «El campo propio y peculiar de nuestro apostolado es la Orden Tercera; nadie debe ignorar que es nuestro instrumento más apto para ejercer el apostolado y la ca– ridad, junto con las asociaciones conexas a él, sobre todo las juveniles, que, por lo mismo, se deben fomentar con interés)) ( Conclusión 19). III.--LA REGLA. DE LA ORDEN TERCERA Vistas la1s recomendaciones que los Sumos Pontífices, las Constituciones, las Orde¡riaciones de los Capítulos Generales, los Manuales y los Superiores Generale~ han hecho repetidas veces en estos últimos años, no estará de más examinat brevemente la historia y contenido de la Regla que ha motivado tantos d@cumentos laudatorios. 1 HISTORIA DE LA REGLA 1 Funqame11talmente son tres las Reglas que a través de los siglos han orde– nado la 1 vida de los terciarios: la de 1221, la de Nicolás IV (1289) y la de León XIII ( 1883), todavía en vigor. A ellas hay que añadir numerosos estatu– tos ya ~manados de la autoridad suprema, com6 los de León X, Paulo III, J?lio n¡ Ino_cencia XI, ~II y XIII, Ben~d~cto_ XIII y XIV, fª n:ici~os en las diversas¡ nac10nes o localidades. Como h1potesis aun se podna anadir una es– pecie d1 Protoregu.la (la carta de san Francisco a los fieles) y otra Regla pri– mitiva, !a lo menos si seguimos la sentencia de los que niegan que la Regla de 1221 sea la original. : Regla de 1221 1 1 Tenpmos de ella tres versiones distintas de su texto, junto a dos explica– ciones. IDe su cotejo puédese deducir una más amplia extensión y propagación que la ;hasta hace poco admitida.