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FRANCISCO DE VILLALPANDO CAPUCHINO 325 peligrosa, con que el filósofo capuchino osó afrontar temas como la autono– mía de la ética, la beneficencia y la mendicidad, los géneros literarios como criterio hermenéutico de la sagrada Escritura, el modo de proceder del tribunal de la Inquisición, etc. No hemos de extrañar que tales plantea– mientos, junto con su crítica mordaz de los métodos escolásticos y su mis– mo estilo desenvuelto, provocaran reacciones y condenas en los ambientes más tradicionales. De no haber gozado del respaldo oficial· y del apoyo personal de Campomanes, le habría sido menos favorable la suerte.