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356 CLAUDIO ZUDAIRE la licencia del obispado, que no la concedía sino a petición razonada de la villa, y con garantías de pago, patentizadas por la economía, holga– da y libre de cargas, de la primicia. La villa de Arróniz, en su memo– ria, parece razonar a la inversa, cuanto más endeudada está la iglesia mejor se procede: «Por la experiencia que tienen de que hallandose la iglesia con empeños de obras, emplean y distribuyen mexor sus rentas primz·– cz'ales, quitando el z'nconveniente de que uno y otro mayordomo se queden con dz'neros y posesz·ones suyas... » 11 • y como botón de muestra añaden: «la dha iglesia estaba empeñada por la obra del retablo de la ca– pilla mayor en mas de vez'nte y sz·ete mz'l reales, oy no debera los cinco mz'l poco mas o menos y de esta cantz'dad se puede desempe– ñar dentro de dos años». la conclusión no puede ser más lógica, lo mejor es contraer cuanto an– tes otra deuda: «y porque al presente no se ofrece cossa mas necesaria que acer un buen organo... para mayor ornato del culto dz·vz·no, a V.ª Jlm. ª suplz'can con toda reverenda sea servz'do conceder licencia ...» 12 • Obtenida ésta en 1690, otorgan escritura con Félix de Yoldi en 1693, omitiendo la condición preceptiva de sacar la obra «a remate de candela». El órgano concertado es de los que llevan como base el flautado de trece palmos, completado con una batería de registros va– rada que incluye, entre otros, la corneta magna, tolosana, cítara zamo– rana, atabales, trompeta real, clarines, etc., el asentado y montaje se haría en dos tiempos, la base del órgano, utilizable para diciembre del mismo año, y el resto para agosto del año siguiente; el precio 570 duca– dos, y el órgano viejo de la iglesia. «En la vz'lla de Arronz'z a vei'ntysez's de enero del año de mz'l sez's•• nobenta y tres, en presencia de mi· el Esno. y testigos i'nfrascrz'tos, parecz'eron pntes. los señores dn juan Bta Pérez de 11 ADP, C 989, n. 0 2, f. 8. 12 Ibídem. [6]

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