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EL ÚLTIMO ÓRGANO DE FÉLIX DE YOLDI 355 le ha grangeado las que a hecho con toda estimacion y aproba– ciones en los arzobispados de Toledo y Burgos, obispados de Cuenca, Sigüenza, Osma Calaorra y Tarazana y en esta Iglesia (catedral) y actualmente está trabajando para Zaragoza una obra de gran estimación y mucho valor». Frente a esta exhibición, el historial de Mañeru, aunque no desde- ñable, queda un poco manco: «mi parte es maestro muy perito y de muchas experienczás en el dho arte de organero que ha dado buena cuenta, a satisfacion de los interesados en varias y repetidas (obras) que a hecho con toda aprobación, y por todo el reyno, assi en la ynsine Colegial de Tu– dela, y en la ciudad de Estella como en las villas de Puente La– reina, Villafranca, Mendavia y otras partes, y reconocidas por maestros peritos se an dado por buenas y perfectas» 9 • La veteranía de Yoldi se impuso a la ingenuidad de Mañeru, en primera instancia se declaró: «no aver lugar a admitirse la postura que hace el dho joseph de Mañeru, y mandamos tenga efecto la esra. otorgada por los pri– micieros de la dha iglesia con el dho Felix de Yoldz~>. Tres artíficies para un órgano Félix de Yoldi, Joseph de Mañeru y Francisco de Olite 10 , los dos pri– meros de Lerín, y de Viana el tercero, pugnaron duramente por conse– guir el contrato del nuevo órgano de Arróniz (Navarra), de más volu– men y compromiso que el de Cárcar. Para Yoldi sería la última ba– talla, y, nuevamente, el peso de este apellido volvería a ejercer patente influjo sobre los cabildos y regidores de la villa. Cuando el dictamen de la justicia se inclinaba a favor de Mañeru, éste, agobiado por las se– cuelas del proceso, se retiró cediendo su derecho en beneficio de Joseph Bernardo, hijo del ya difunto Félix. Francisco de Olite que había sido derrotado por el del Lerín en el órgano de Arellano, hizo su aparición por Arróniz durante la subasta, pero con poco empuje. Sabido es que en Navarra se exigía para poder construir un órgano 9 Ibídem, f. 27. 1 ° Cfr. C. ZUDAIRE: «De organistas y organeros en Navarra en el siglo XVIII», en Príncipe de Viana, 160-161 (1980) 538. [5]