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354 CLAUDIO ZUDAIRE aceptaba por 170 ducados, y «por devoción a esta iglesia y contra su vo– luntad» firmó el acuerdo comprometiéndose a concluir su trabajo para el 14 de septiembre, fiestas de la villa, del año siguiente; recibió en ma– no la primera entrega de 90 ducados, quedando el resto para cuando entregase el órgano montado. Mañeru, en un desesperado esfuerzo dis– minuyó el precio todavía cuatro ducados más, obligándose además «por diez años a venir dos veces cada un año a finarlo, no estando enfermo» 6 • Prueba del mucho interés que ambos artesanos tenían en trabajar en Cárcar, además de la insistencia y terquedad demostrada en defen– der sus pretensiones, la encontramos en la prisa y urgencia con que se sucedieron los diversos trámites. En sólo siete días presentó Mañeru su primera demanda, el Procurador Solano su primer oficio y súplica, el extracto de los mandatos de visita, el nuevo Poder de Mañeru, Provi– sión del obispado y respuesta informe de Joseph Corroza de Pagola. La argumentación de ambos rivales no es demasiado contundente. Mañeru hace hincapié en que la primera petición de Yoldi se produjo después de pasado el més (olvidando que él consintió en prorrogar el tiempo hábil), y por tanto ilegal, y en que su trabajo será más económi– co, lo terminará tres meses antes y quedaría sujeto «a conservar y refinar dho organo a su costa sin que por ello la dha iglesia le aya de dar salario ni cossa alguna» 7 • Félix de Yoldi reafirma la legalidad de la escritura (olvidando que omi– tieron una condición imprescindible, someter la propuesta «a remate de candela») y porfía en salir garante de mayor perfección en el órgano, por su experiencia, atacando de soslayo a su émulo: «la parte contraria hace solos cinco años que empieza en la profe– sion, que no tiene examen ni aprobacion, y por el medio de aba– ratar las obras, quiere introducirse, lo qual de necesidad ha de ser en daño de las iglesias, y reconociendolo, en algunas, no le han querido admitir» 8 • Como contraste presenta su ejecutoria: «deve atenderse a la mayor perfecion de la obra y utilidad de la iglesia que resulta de que mi parte ª!<ª la obra, por la fama que 6 Ibídem, f. 10. 7 Ibídem, f. 3. 8 Ibídem, f. 25. [4]
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