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EL ÚLTIMO ÓRGANO DE FÉLIX DE YQLDI 359 CIOn, rebaja cien ducados «y se allana a que sobre esta postura se en– cienda candela y que se remate la obra en el mejor postor» 13 • Y esto era exactamente lo que rrataban de evitar tanto los primi– cieros de Arróniz como el organero contratado. Por ello, unos días más tarde, el procurador alega que es demasiado tarde para volver atrás pues «tiene trabajado mi parte todo lo que toca al órgano en su arte». Un trabajo de la envergadura del órgano contencioso no se realiza en pocos días, por lo que aun adivinando una cierta hipérbole en la frase anterior, parece claro que· Yoldi comenzó su tarea mucho antes de que se firmara escritura pública, y tan seguro del sesgo que pudiera tomar el negocio que había encargado la caja y entregado al ensamblador los primeros 30 ducados de un total de 80. Refuerza la argumentación con el reconocido crédito de que goza «sin que parezca jactancia es en su profesión muy estimado y de la mayor aprobacion ... y en esta ciudad son bien estimados el organo de san Francisco y lo que a añadido al de la Santa Iglesia Catedral y otros muchos deste obispado de suerte que puede llamarse el demás fama que se conoce ... » 14 , y termina con un buen remache «no se atienda a lo barato, y sea neceario volverlo a deshacer como ha sucedido en la iglesia de Carear ahora veinte años, pues habiendo gastado ducientos ducados en el organo ha sido preciso deshacer lo trabajado y hacer concierto con mi parte para trabajarle». Mañeru, juzgando que la legalidad estaba con él, no se arredró exi– giendo que se convocara a subasta, con una cierta agresividad contra el contrincante que se presentaba «queriendo hacerse el mas celebre artí– fice con sus propias jactancias a fin de cargar con todas las obras en tratos privados y sin competencia ... ». Para equilibrar el descuento, Yol– di renunció al órgano viejo para que pudiera venderlo la iglesia y benefi– ciarse de lo que obtuviera, favor harto menguado a juicio de Mañeru porgue «el dho organo biejo no bale ni hallara la iglesia quien le de cien reales por el» 15 unos nueve ducados, y para demostrar el poco aprecio que le merece, también él lo regala. Entre citaciones, excusas y alegatos se llegó a marzo de 1694, fecha en que Yoldi se decidió a apelar a Burgos. El edicto convocatoria que se publicó en Pamplona, Arróniz, Viana y Lerín, estaba redactado en los siguientes términos: «Se hace saber que en la iglesia parroquial de la villa de Arro– niz se trata de hacer un organo y se pondra en candela el domin– go 16 de mayo deste pnte. año de mil seiscientos nobenta y 13 Ibídem, f. 2. 14 Ibídem, f. 21. 15 Ibídem, f. 43. [9]

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