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252 CLAUDIO ZUDAlRE HUARTB uniones consanguíneas registradas, tres son del tercer tipo de consanguini.; dad; el resto de los pueblos sólo suinan siete casos del misn10. Más interesante es el análisis del cuadro Tabla 8, donde se enumeran número total de matrimonios consanguíneos, número de consanguíneos de cada tipo, número .total de matrimonios y porcentajes con respecto a este número total. El porcentaje global es de 8,111 %, distribuido de la siguiente forma: matrimonios entre p.h., 2,863 % ; entre p.s., 4,294 % ; otros grados, 0,954%. Entre las poblaciones destaca Alda, cuyo porcentaje se eleva a 23,529 %, y Contrasta, 20,00 % de matrimonios consanguíneos; el elevado porcenta– je de Alda se debe sobre todo a UlHbarri Arana. En ambos casos el número total de matrimonios es bajo. Arlucea y San Vicente Arana también ofrecen un porcentaje alto de 10,07 y 9,859 %, respectivamente. El resto de las poblaciones tienen porcentaje inferior a la media global, destacando Corres con un solo caso, y Arraya con 4,97 %, que no es un porcentaje bajo en términos absolutos, pero sí lo es en relación al área total de Maestu. La Tabla 9 refleja la evolución de la endogamia en esta zona. Neta– mente se aprecia la persistencia de los hábitos endogámicos en los prime– ros años. De los 30 casos de matrimonio entre p.h., 20 se producen en los primeros 19 años, y quedan 10 para los 30 años siguientes. Este rasgo de la vida social entra en crisis después de la guerra civil y prácticamente se extingue. Por el contrario, los matrimonios entre p.s. no descienden a par– tir de estas fechas; el coeficiente dé regresión es positivo, salvo un breve lapso, hasta el año 1955, época francamente tardía, lo que manifiesta el profundo arraigo de está costumbre; la disminución se inicia el año 48, as– ciende, y por fin desciende. En los años 37 y 38 hay un descenso drástico de matrimonios, no tan aparente en. cuanto a consanguíneos. El año 39, pese a haberse extendido la contienda durante algunos meses, hay una verdadera eclosión vital, una revancha existencial, cuya onda se extiende a los años siguientes: la res– tauración lleva consigo un descarado incremento de matrimonios; pero no implica la ruptura definitiva con la consanguinidad tradicional, mantenida alta todavía en los años siguientes, alcanzando fa cota más alta (25 % de matrimonios consanguíneos) el año 1945. El valor medio de· 8,11 % de matrimonios consanguíneos en el con– junto de los 49 años es bastante alto.

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