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Zudaire, Claudia El primer órgano que disfrutó esta villa fue donación de un hijo de la misma, el capitán Dn. Juan de Anciola: "Movido de la voluntad y afecto de hijo desta noble villa, y amor y cari– ño que tiene a la iglesia parroquial della... le ordenó que dispusiese un órgano" (ti. 1). El en– cargo lo hizo a su hermano Bartolomé de Anciola, alcalde de la villa en la fecha de 1685. Pa– ra ello el capitán remitió 2000 pesos, con orden de que una vez construido el órgano, el re– manente se pusiera a censo para ayudar con sus rentas al salario del futuro organista. Los 2000 pesos fueron cantidad más que suficiente para sufragar los gastos de la construcción. De acuerdo con la meticulosa inspección del fiscal, los pesos se cotizaban a 10 reales de plata cada uno, y traducidos a ducados del reino de Navarra sumaban 1818 y 2 reales. El costo ascendió a "750 reales de a ocho, que a dicho respecto de ocho reales cada uno, montan 6000 reales de plata y hacen de los referidos ducados 545 y cinco reales" (fl 12). He– cho el gasto del órgano, quedaban todavía 1272 ducados y ocho reales de plata. Desconocemos la andadura del órgano durante los primeros años de su misión. Pleitos seguidos por incumplimiento de alguna cláusula 1 , iluminan rincones de la economía y por en– de del órgano, parcialmente por no existir el primer libro de cuentas. Fabricado el órgano y entregado a la parroquia y a la villa, como patrona, se puso el capital restante a censo, en nueve porciones. No era satisfactorio para el fiscal el procedimiento seguido, por lo que unos años más tarde (1699) manda hacer un libro sobre dicha fundación, en que debe constar la cuantía recibida de Dn. Juan de Anciola, el costo del órgano y las cantidades impuestas a rédito, los intereses devengados, los salarios pagados a los organistas, y la "renta que ha co– rrido" de los años en que el puesto estuvo vacante, de 1694 a 1697. El comisionado fue Dn Pedro de Arvide, rector de la parroquia, se le confiere poder para "que les compela con cen– suras" (ti 4). El fiscal puso reparos a la poca precisión en las partidas del capital, ya que los censos sumaban 916 ducados y medio de plata, y el capital disponible alcanzaba 1272, "de forma que faltan 356 ducados, dos reales y medio de dicha moneda" (ti 37). Desconocemos la identidad de los primeros organistas, pero a juzgar por los alegatos de Jose de Oruña "se ha reedificado dho. órgano por haber padecido éste varios daños y perjuicios a causa de no hallarse persona de la havilidad correspondiente para su buen manejo por la corta renta que producían sus capitales" (fl 17). Cinco años, al menos, 1725-30, se mantuvo como organista y maestro de escuela, Joseph de Aldave, clérigo de menores órdenes; su salario se cifraba en 120 reales de plata anuales por ambos oficios; a veces arañaba algunos reales por que– haceres adyacentes "los ocho reales restantes por el trabajo y materiales que hubo cuando compuso los cascabeles que traen los danzantes de la fiesta de Corpus y otras en que sale la danza de espada acostumbrada" (fl 43). En 1731 se confía el doble cometido a Dn Joseph Domingo de Oruña, maestro de escuela y organista, recibe en 1735 la misma retribución "por su salario ordinario deste primera año en que ha entrado a ejercer y servir dichos dos emple– os" (fl 44), prorrogóse con vacilaciones hasta 1746. En efecto, Oruña quiso dejar el puesto y pasar a otro de mayor renta", por lo que "se concedió en el tribunal nueva licencia para que se le aumentase aquella con el fin de que continuase, y con el mismo, dicha villa, rector y ca– bildo coadyuvaron de sus propios efectos aumentándole dha. renta bajo las calidazdes y condiciones que consta en la escritura otorgada en su razón" (fl 17v); el sueldo que en 1740 era de 180 reales de vellón pasó a más de 400 en el último año. 1 Archivo Diocesano de Pamplona, Cartón 1618, n17 6 Musiker. 10, 1998, 5-12

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