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lada 129 • Un filósofo de tendencias conciliatorias, Dabi1lon 1 ªº, no ~e ninguna repugnancia en la aniquilación de formas, fundado en que para destruir no es necesaria la misma potencia que para producir. El fuego, por ejemplo, introduce disposiciones contrarias a las que conservan la forma de la madera y entonces aniquila la forma de la madera, aunque, hablando en rigor, es Dios mismo quien aniquila. Pero semejante explicación tro– pieza con el principio « nihil in nihilum vadit vi agentium na– turalium )>. Tanto es así, que ni el mismo Dabillon se atreve a sostener lo que al principio afirmó, pues termina diciendo que no son los agentes naturales, sino Dios mismo, quien des– truye la forma. Además, en la explicación de Dabillon la difi– cultad queda en pie: al introducir los agentes naturales las dis– posiciones para la nueva forma, o destruyen las ·anteriores disposiciones, y entonces igualmente podrían destruir la forma substancial, o no las destruyen, y entonces con la misma razón se puede afirmar que tampoco producen las disposiciones, sino D . . d l l 131 10s en presencia e os agentes natura es . No falta un filósofo de nota -el P. Casimiro no lo nomr"' bra-·- que pretende que las formas no se destruyen, sino que se alejan del sujeto, como se aleja el alma racional al morir el hombre. Pero ¿a dónde emigran? ¿Es que habrá metempsi– cosis? No, responde él. ¿Es que hay un paraíso para las almas de los bueyes, caballos, leones ... , o vamos a renovar la fábula antigua de los Campos Elíseos? Tampoco. Conjetura que que– dan confinadas en cierta región del aire hasta el día del juicio, en que serán consumidas por el fuego. Tiene gracia -comenta el P. Casimiro- eso de que revolotean por los aires como mariposas para ser al fin abrasadas. Y ¿por qué aquel fuego podrá entonces destruir las formas de oro ... etc., y ahora el fuego más vehemente no es capaz de destruir ni· la forma de • ?132 un mosqmto. . Se habrá notado que toda la argumentación del P. Casi– miro contra las formas neotéricas se fundamenta en el pre• supuesto de que la forma << se hace)>. Toledo, comentando a 129 « Probatur 5. Illa forma, si daretur, annihilaretur in destructione com• positi; atqui non annihilatm:1in destructione compositi; ergo, etc. Probatur maior: quod desinit esse secundum totum suum esse, annihilatur; atqui forma desinit esse secundum totum suum esse; ergo annihilatur » (Ibid., p.l, d.l, a.4, q.3 : II, 71. 130 A. DABILLON (t J664?) escribió Nouveau cours de Philosophie en fram;ais ..., Paris 1643, 4 v. El título general de cada volumen es La philosophie des bons esprits, y así le. cita el P. Casimiro.. Dabillon trató de ofrecer en ese curso una filosofía accesible a los profanos y sólida a la vez. Se inspira con preferencia en Ockham. 131 Phys., p.1, d.l, a.4, q.3 : II, 72-73. 132 Ibid., p.73,
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