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37 :finitas partes y cada una ocuparía su lugar correspondiente 86 • Podemos argumentar también fundándonos en la omnipotencia divina: Dios puede div 1 idir el continuo en cuantas partes sea divisible, de tal modo que no sea posible una ulterior división. En efecto, si es posible dividir el continuo distributivamente, es decir, sucesivamente, también lo es dividirlo colectivamente y de una vez. Es principio general que todo compuesto puede dividirse en aquello de que consta actualmente; y el continuo consta actualmente del conjunto de sus partes. Por tanto, el continuo, en último término, no consta de partes divisi4les in infinitum, sino de indivisibles 87 • El ejemplo -tan traído y llevado por los escolásticos del siglo 16 y 17- del globo perfecto que toca un plano perfecto · tamhién está contra Aristóteles. Euclides demostró que· el globo toca el plano en un punto indivisible, y, esto seria imposible en la sentencia que admite la divisibilidad infinitaªª. Se han intentado varias respuestas. Que no se trata de ver– 'dactero contacto. Pero eso es .completamente arbitrario. Que el contacto se verifica en parte divisible, pero indivisiblemente. Respuesta verdaderamente ininteligible, ya que si el contacto se verifica indivisiblemente, quiere decirse que se, verifica en parte indivisible. Que el plano no es tocado totalmente, sino inadecuada y parcialmente. Que el contacto se verifica, en parte siempre menor hasta el infinito. O, finalmente, que el contacto se verifica en una parte indeterminada 89 • El autor juzga Jodas estas explicaciones insuficientes, y declára que la objeción es insoluble en la teoría aristotélica del continuo. No resta, pues, sino admitir literalmente el principio de Euclides y con ello la existencia de puntos indivisibles en el continuo. · La concepción aristotélica del continuo halló eco moclerna– mente en filósofos no escolásticos, como Digby y Allen, y el P. Casimiro, sin duda po:c su uso frecuente de la obra de Digby, recoge y examina esa interpretaci'ón. Según ambos autores, las partes en el continuo no están en acto, sino en potencia. La cantidad es una entidad única, y es 86 « .•• totá res c•ontinui explicari potest per finita actu; ergo non debet· poni infinita actu; ergo i!ll continuo non sunt infinitae partes pl;'.oportionales aut com• municantes; sequeretur enim esse infinitas partes communicantes diversas. Pro– hatur secundo, quaelihet pars est extra aliam... ; igitur quaelihet pars continui est in singulari loco, et quia sunt infinitae partes, erunt infinita loca; et sic dahitur illlfinitum, quandoquidem cuilihet parti actu existenti assignari powst Angelus, et sic erunt in,fi.niti Angeli » (lb1,d., q.3, p.14l-14Z), I , 87 lbid., p.142. 88 lbid., p.143. se Jl,id., p.144,
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