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11 EL .ATOMISMO DEL P. ÜA.SIMIRO Hemos recogido en rápida v1s10n los rasgos más salientes de la personalid_ad filosófica del P. Casimiro. Para dar más re– lieve al cuadro, analicemos la doctrina fundamental de su Fí– sica: el atomismo. Fué esta doctrina del átomo objeto de repetidos ataques por parte de los escolásticos. Goudin lanza las más duras in– vectivas contra los atomistas y sus simpatizantes. Los acusa de soñadores, fantásticos y herejes. Las supuestas experiencias no son más que sueños de su imaginación. Explican absurda– mente la sensación y las maravillas del instinto de las abejas por esos estúpidos átomos almacenados en su cerebro. Dicen que el imán atrae al hierro, como el pescador al pez, por medio de átomos que emite de sí. La indistinción de substancia y accidentes que postula esa doctrina no se aviene con el dogma de la transubstanciación. Los doctos han proscrito siempre esa secta no sólo como inepta y grosera, sino también como perni– ciosa para la religión. Los que pretenden ahora resucitarla purgada de los errores, no es que la crean verdadera, sino que se proponen mostrar su ingenio en defensa de una causa mala 71 • No es menor la energía con que se defiende el P. Casimiro de tales acusaciones. Invita a Goudin a leer despacio su Física y su Metafísica, donde responde satisfactoriamente a todas las 71 « Quod itidem dicunt, species visibiles esse derasas ex corporum super– ficie Atomos, ac veluti tenuissimas exuvias, quae nullis ventorum flatibus abreptae aut perturbatae, nulla diistantia retardatae, nuHis fenestrarum claustris impeditae, ad oculum tam recta, tam subito, tanto cum ordine perveniunt; Magnetem fer– rum trahere atomis aduncis et hamulatis, quas a se ad fierrum mittit, ac deinde

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