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29 Descartes en este punto no hacía sino continuar la tradición agustiniano-bon¡aventuriana. Un reparo grave opone al «IHustris Vir)): ha sustituído el abstractismo de los neotéricos por otro ahstractismo, el abstrac– tismo metafísico por el abstractismo matemático. El error ra– dical de la física cartesiana ha sido el considerar el continuo como divisible indefinidamente, por cuanto la mente concibe siempre una ulterior división: ha confundido las matemáticas con la físicaª 2 • Por eso el P. Casimiro construye su física sobre las bases del atomismo y no del cartesianismo. Las nuevas teorías cientí:ficas, los experimentos, las hipó– tesis de los científicos contemporáneos, químicos, anatomis– tas, médicos, ejercieron un gran influjo sobre el P. Casimiro. Se da perfecta cuentljl del plano de inferioridad en que se en– cuentran los escolásticos, rebasados por los avances de la. cien– cia, recluídos en su física aristotélica, y se esfuerza en ponerse a nivel por todos los medios. Su interés por lo nuevo es ilimi• tado. Púr su obra desfilan los nombres más prestigiosos del tiempo: Galileo, Bacon, Descartes, Pascal, Mersenne, e innu– merables autores de menor categoría. El mismo ha verificado al– gunos experimentosªª. A pesar de todo, el P. Casimiro camina al ritmo de la ciencia de entonces. Queremos décir que en sus páginas se encuentran explicaciones arbitrarias~ falsamente científicas, aprioristas, pueriles, no menos que las de los esco– lásticos que tanto vitupera. La explicación de la gravedad por una cualidad oculta, propia de los escolásticos, que rechazó como anticientífica, es sustituída por otra no menos peregrina: El sol y demás astros irradian constantemente a la tierra sus influencias, átomos o espíritus. Esas influencias, al chocar con la tierra, vuelven a los astros determinados por el choque. La gravedad de los cuerpos es efecto de los átomos que des– cienden en número incalculable y a velocidades fantásticas. Así se explica también el fenómeno vulgar de que el brazo 62 «.,.sic veritas metaphysicis ahstractionibus, Aristotelis authoritatihus et interpretum commentariis qu•asi nuhibus tecta est: imo obruta, imo extincta fuisset, nisi victricibus radiis haec nubila dissipans .quam plurimis affulsisset. Hi, contentionum e quibu,s inanes ut plurimum vocabulorum distinctiones dum• taxat reportabant, impatientes, erroris originem repetere conati sunt, 1. nec infe• lici licet non aequali successu; omnes quidem rigorosam illam formarum neo• tericarum eductionem vel impossihilem demonstrarunt vel nt inutilem contem· psere; verum aliqui mathematicam disserendi meihodum in physica retinentes, corpus quodlibet in infinitum, vd ut ipsi loquuntur, in partes indefinitas divi– sibile, statuerunt; sic mathematica cum physicis parum caute confundentes. Alii vero nitidiori ingenio ordinem utrmnque, nempe matheseos et physicae distin, guentes, philosophiam, solutis obiectionibus, quasi prostratis hostibus, ad ato• mos revocarunt» (Frons operis : l, [3-4]. 63 Phys., p.l, d.3, a.2, q.2 : II, 205-213.

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