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27 Como reaccrnn, se a'dvierte en el P. Casimiro un afán <le brevedad, que afecta al volumen total de la obra, de dimen• siones reducidas, aunque muy denso de doctrina, y .se extiende al estilo literario, conciso y claro, no exento de cierta ~obria elegancia, y aun a la forma del libro en dozavo. Verdad que era frecuente en este tiempo este tipo de Cursos filosóficos, abreviados y menudos, entre los escolásticos, como Goudin, Mailhat, Pedro de san José, Marcos de Bauduen, Burgersdijk, Milhei, etc., en contraste con los gruesos infolios del siglo 16, )\fás de una vez se excusa de tener que abordar cuestiones inútiles que los escolásticos disputan largamente, por la necesi– dad de orientar al lector. i Ojalá que los hombres, en vez de disputar tan vanamente sobre el concurso divino, se humillaran y alabaran a Dios ! 55 • i Ojalá que los filósofos, en vez de gastar · las energías en escudriñar la naturaleza del ente de razón, ali– mentasen a sus discípulos con un manjar más sólido! 50 • No es menor su preocupación por evitar las disputas. verbales. «Ne sit quaestio de verbo)), es el lema que recuerda con frecuencia. A él obedece cuando adapta eÍ mecanicismo atomístico a la terminología aristotélica 57 : Fuera de la escolástica, no oculta el P. Casimiro su en– tusiasmo por los atomistas. No hay duda de que los atomistas han derrotado a los neotéricos; de que, por fin, las espesas tinieblas que oscurecían las mentes con la bruma de distincio– nes, modos y entidades minúsculas distintas de la substancia se han disipado y se ha hecho de nuevo la luz, al resucitar el antiguo atomismo por obra de Gassendi 58 • Cierto que no ha llegado todavía el atomismo a explicar todos los fenómenos de la materia inorgánica, de la vida veg~tativa y sensitiva, pero ya no cabe dudar que todos pueden explicarse por los átomos y el movimiento local5 9 • Un sólo defecto se observa en los ato- summulas nominare non ausim; in iis enim omnes fere quaestion86 logicales explanantur. et in magna logica quaestiones metaphysicae agitantur; ita ut in ipsa logica vix logicam repereris. Ad copiosiorem rationem adverte Villalpandum (nt referunt Complutenses in prooemialihus logicae) summas summularum compo• suisse, propterea ·quod summulas ip.sas suo tempore longiores ad hreviorem summam redegit. Nescio num quis compendium summarum summularum, ac deinde hreviarium compendii summarum 1ummularum, demum epitomen hre• viarii compendii summarum summularum summo totius litterariae reipuhlicae emolumento sit editurus» (Jbid. q.5 : J:, 196-197). 55 Metaph. realis, p.2, d. unica, a.2 : VI, 202. 56 Metaph. intention., d.3, a.2 : 'V, 64. 57 fhys., p.l, d.2, a.2, q.6 : II, 160. . . 58 «Quis felices conatus non laudet? Quis atomistas recentiores strenmss1• mos veritatis milite.; non praedicet?,,,» (Frons operis: J, [4]), «Gassendus diser• tissimus saeculo u-Ostro Democriteas atomos eruderavit» (Phys., p.l, .d.l, a.2, q.3 : II, 28). ~ 9 Phys,, p.3, d.3, sect. l, a.l, i¡:,3· : IV, 85,

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