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14 tianizado por Gassendi. No alcanza la resonancia ni la popu– laridad del cartesianismo, pero cuenta con notables defensores, sobre todo entre científicos, médicos y anatomistas, y aun lo– gra imponerse durante el siglo 18 a través del empirismo in– glés. Las mutuas invectivas que se dirigieron Descartes y Gassendi -((O esprit, ó mens!)), le interpelaba el epicúreo al (dllustris Virn; ((Ó chair)), replicaba éste- se continúan en sus discípulos. Desprecian los gassendistas el espiritualismo car– tesiano y se acogen al «nihil in inteUectu ...)) aristotélico. No les satisface la física cartesiana, a la que acusan --de acuerdo en esto, con la primera tendencia, de los científicos asistemá– ticos--; de apriorista, fundada en la infalibilidad de las ideas y en la inmutabilidad divina. Sólo concuerdan con los carte– sianos en ei mecanicismo, en el afán de libertad filosófica y en el desdén hacia la escolástica 1 • Ante este avance de las nuevas ciencias y de las nuevas filosofías, la escolástica va perdiendo cada vez más prestigio. Ha desaparecido el espíritu de investigación y el afán por las ciencias naturales de algunos grandes escolásticos del siglo 13, como Roberto Grosseteste, Rogerio Bacon, Pedro Juan Olivi, Alberto Magno, Ricardo de Middleton. Muchos, como reacción, acentúan la rigidez de las posiciones tradicionales. Actitud que se advierte singularmente en el tomismo. Autores como Goudin, O.P. (t 1695), N. Arnu, O.P. (t 1692), Felipe de la Santí– sima Trinidad, O.C.D. (t 1671), Sáenz de Aguirre, O.S.B. ( 1630-1699), se esfuerzan en mantener íntegro, contra viento y marea, el patrimonio aristotélico-tomístico 2 • De ahí el tono polémico de esta escuela, que se delata en el título mismo de las obras ( Clypeus Theologiae thomisticae .. ., de Gonet; Philoso– phia iuxta inconcussa tutissimaque D. Thomae dogmata, de Goudin). A la rigidez de escuela, que se acentúa con rela– ción a los tomistas anteriores al 500, se añade, en el tomismo, la actitud negativa ante la nueva ciencia. Mantiene, por lo general, la física medieval con la misma intransigencia que las tesis puramente filosóficas. Sin embargo, estos escolásti– cos «puros)) no son del todo impermeables a lo nuevo. Ejemplo, Goudin mismo. En sucesivas ediciones de su obra -alcanzó hasta diez de 1668 a 1692- va adoptando una actitud cada 1 Véanse caracterizadas estas diversas corrientes en R. LENOBLE, Mersenne ou la naisssance du mécanisme, Paris 1943, 383-449. 2 Para una visión general de la escolástica del siglo 17 cf. B. JANSEN, S.J., Die scholastische Philosophie des 17. Jahrhunderts, en Philosophisches Jahrbuch 50(1937) 401-444. Acerca del tomismo, cf. fo., Zur Phiinomenologie der Philoso. phie der Thomisten des 17. und 18. Jahrhunderts, en Scholastik 13(1938) 49-71.
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