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tóS MOT1VóS :!;)E :t.A ESPERANZA CRíSTíANA, SEGÚN S. i>ABLó '37 Este concepto paulino de la naturaleza. es genuinamente bíblico, auténticamente semita, y característicamente hebreo. Pues como dice T. CASTRILLO, «lo más característico, comó modalidad estética, de la »poesía hel;,rea es el naturalismo, tomada la palabra en su acepción li– »terál. J\'o hay literatura que conceda a la naturaleza tan directa y uni– »versal participadón en la expres.ión de los sentimientos humanos. Un »lazo misterioso liga al hombre con la tierra que huella, y con el cielo »que le cobija como una tienda. El poeta hebreo parece adivinar tras el »velo de los fenómenos naturales algo que pudiera llamarse el alma »del mundo. Toda la creación se le muestra como un ser animado, que »canta y llora con el hombre, vivo instrumento de la piedad y de la »justicia divirias. Sin embargo, entre esto y la concepción panteísta se »abre un abismo. Propiamente 110 se trata de una naturaleza viva, ani– »mada, racional, ni siquiera regida por los espíritus angélicos, como la »imaginaron algunos .escolásticos; nada de eso: .es como un inmenso »receptor en el que las ideas y los afectos humanos logran resoµancia »inusitada. Desde este punto de vista pudo San Pablo asociar la natura~ » leza toda al pecado del hombre y su restauración por Cristo» ( 1 30). Dios ha prometido crear cielos nuevos y tierra nueva en que habite la justicia ( I 3 I ), es decir, en que el hombre no esté ya bajo el dorriinio del pe~ado, ni de los efectos del pecado, y en el. que por tanto las cria– turas, li::lres de la servidumbre de la corrupción, vuelvan al estad.o de libertad, de nobleza y de gloria, de qlie gozaban cuando sali'eron de las manos del .Creador. Esa promesa de Dios, hecha en el momento mismo de someterlas a esa servidumbre (132), les hace soportar su triste con– dición, aunque pugnando siempre por verse libres de ella, y ansiando tómar parte en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.. Esa ansia y anhelo vehemente y continuo de la creación, de la x1:lcnc;, que San Pa– blo designa con el vocablo expresivo de d.toxapa~oxla (133) 1 es un ar- (130) TOMÁS CASTRlLLO, La lírica h~brea: eri "C1llltura biblica" UuHo 1944), ;_ págs. 15-17. (131) Is. 65, 17; 2 Pe. 3, 13. (132) Promesa imp,lídta en Gro. 3 1 15: el semen mrUlieris, Restaurador' die .to– da1S nas ruinas, causadas por ,el pec:aidó. (133) Ese nombre, privativo del dialecto koiné (en fo~, ioláskos · s61o ocurre el simple xo:pa8oxia) y en CUJanto bíb1!i,co, e:JQclusivo de Soo PaJJJ,o (que, aldemás de espe '[ugair Rom. 8, r9 lo usa ·sóilo •e¡n¡ Philip. 1·, 19), .significa expectación, ansiosa, ávi– da, sotící!a de ta.s criaturas, que, según fa etimo:l()lg\a die fa pailabra, y con atr,ev1d:a pms()lp01J1eya, se pre'sentan como con, el cuello alargado y la cabeza levantadá: (cfr. en Le. 21, 28 una expresión seinejante y ,en contexto· parecido, de [os hom-

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