BCCCAP00000000000000000001028

\, LOS MOTíVOS Dlt LA J;;Si>E:RANtA C1USTÍANA, slWÚN S. PABLO '27 con El. «Lo más característico, dice B. WEiss, en el modo de presentar la doctrina de la esperanza en San Pablo, es la manera como la une siempre a los hechos fundamentales de su doctrina de la salud, y cómo la derlv!!. de ellos» (95). En efecto: la pasión, la muerte, la resurrección, la Ascensión, la vida gloriosa de Cristo en el cielo dan fundamento al Após,tol para. apoyar la esperanza cristiana, precisamente por la unión íntima y vital de· Cristo con sus miembros, por la que los hace o los hará partícipes de todos sus misterios. Por eso llama a Jesu Cristo «nuestra esperanza» ~ ehfr; ~ ¡J.mv (96): y lo es porque Cristo es el ob– jeto sobre que versa nuestra esperanza, y el motivo en que se apoya. Y en la Ep. a los Colosenses, después de dar gracias a Dios por la es- . peranza que les está reservada en el cielo (aui 't~Y e).7e(aa 't~Y ci1Co1mp.év,¡v bp.iv ev 't:-ti; o~pavoii;) ( 97 ), es decir, por los gr~ndes bienes que se les han prometido al predicárseles el Evangelio, así de gracia como de glo– ria, y que ellos firmemente esperan: y después de exhortarles a perma– necer inconmovibles en la esperanza del Evangelio (98); pasa a expli– carles el misterio_ oculto a las pasadas generaciones, y ahora revelado por Dios a su Iglesia por su medio: ese misterio o sacramento cuyas riquezas de gloria ha querido Dios manifestar, es «Christus in vobis, spes gloriae» (99); Cristo en vosotros, Cristo en los gentiles, es decir, la incorporación de los gentiles a Cristo, que es para ellos .la esperanza de la gloria. «Llámase con razón Cristo «esperanza de la gloria» -dice el P. KNABENBAUER-porque en El y con El ha sido dada a los fieles la .· esperanza de la vida eterna, y de la bienaventuranza en la gloria· del cielo. Los gentiles, como eran los Colosenses, que antes carecían de esperanza (roo); ahora tienen a. Cristo (Christus in vobis), y lo tienen como a autor y dador de la gloria, en el cual se funda toda la esperanza y todo:el bien esperado (spes gloriae)» (ror). La esperanza cristiana tie– ne, pues, un fundamento. solidísimo en Cristo redentor y paciricador de Dios con los hombres, y de los hombres, judíos y gentiles, entre, sí: en el plan divino de incorporar todos los· hombres a Cristo como miembros (95) B. WE1ss, Lehrbuch der bib-l. Theologie des N. T. Ed. 7 (Stuttgart, 1903), § 51. (96) I. Tim. l, l. (97) Cot 1, 5. (g8) Col. 1, 23. (99) Col. 1, 27, (100) ?¡ P.¾ ~yon«; éln:/~a : 1 Thes. 4,, 13; Eph. 2, 12. (101) J. KNABENBAUER, S. J.; "Comm. in Epp. ad Col. Phi1ip. et Philem". (fo Col. I, 27).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz