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24 ESTUDIOS BÍBLICos.-T. de Orbiso, O. F. M. Cap. muchos, y luego entró en el cielo, ut appareat... vultui Dei pro nobis, así aparecerá segunda vez para salvar a los que esperan en El (82). Porque El en verdad es poderoso para salvar a todos cuantos por su mediación se acercan a Dios, ya que su vida perenne en el cielo la pasa intercediendo por nosotros (83). ¡ºué motivo más poderoso de confianza podría invocarse! Con razón el Autor, al comenzar la parte exhortatoria de la Epístola, insiste en que nos excitemos a la esperanza, y n06 agarremos a ella como a áncora firme para asegurar nuestro feliz arribo al puerto de salvación. «Ya que Cristo con su sangre, con su sacrificio nos ha dado la confianza (rcappy¡a[av) de entrar en el Santuario del cielo, y es El el gran sacerdote que desde su trono de gloria gobierna la casa de Dios... , mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque es fiel el que la ha prometido (84); que es como si dijera: «Persistamos constantes y sin titubear en la práctica pública de la vida cristiana», que a su tiempo se nos dará el premio, pues Dios es fiel, y la Redención obrada por nuestro Pontífice nos da la garantía de entrar en el Santuario del Cielo, «ubi praecursor pro nobis introivit Jesus, secundum ordinem Melchisedec Pontifex factus in aeternum (85)». Nadie mejor que el P. FRANCISCO DE RIBERA, en su clásico comentario a la Epístola a los Hebreos, hace ver la relación de estas palabras con la esperanza cristiana. «Praecursor pro nobis intro– ivit Jesus». His verbis ,docet firmitatem hujus spei et immutabilitatem divinae promissionis. Jam, inquit, possessionem coeli habemus. Chris tus in caelum ingressus est, et natura nostra in Jllo jam coelum tenet. Ac ne putaremus ipsum ita ingressum esse, ac si solus esset ingressu– rus, utitur locutione <<jraecursor» rcpóapop.o<; ÚrcEp ~p.fuv «praecursor pro nobis»; ipse praecurrit, ut nos sequeremur, et pro nobis praecursor fuit, aut pro nobis introivit, ut nobis pararet locum... Praecursor enim quorumdam sequentium est praecursor, neque multum est intervalli ac distantiae ínter praecursorem et sequentes... Ne igitur aegre feratis, mox ingressuri sumus in eum locum ubi praecursor noster est...» Pero no sólo Jesús es nuestro Precursor que nos muestra el camino del cielo, sino que ha entrado allá en calidad de Pontífice eterno; y por eso (82) Hebr. 9, 24-28. (83) Hebr. 7, 25. (84) Hebr. IO, J:9-24: 01:Js,erva MoFFAT que el autor ,oornienz.a la parte p,are– néfi.oa •con tres llarnamimtos,: ,e'! primero, a la fe (v. 22~ •el siegtllllldo, a la esperooza (v. 23) y ei1 tercero, a la caridad (v. 24). (85) Hebr. 6, 20.

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