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LOS MOTIVOS DE LA ESPERANZA CRISTIANA, SEGÚN S. PABLO I7 'vous avez étés appellés pour étre ce·que vous étes dejá': mais: 'l'appel auquel vous avez répondu, est dans le plan divin le gage de votre gloi– re éternelle». c) la vocación: «a los que praedestinó, a esos también los llamó»; según la presciencia y la predestinación en la eternidad, hace Dios la vocación en el tiempo: a los predestinados llama Dios .ª la fe, y si corresponden recibténdola dócilmente, los justifica; d) la justifica– ción: «a los que llamó, a esos también los justificó», es decir, les confi– rió la gracia, y les comunicó la adopción de hijos con derecho a la herencia del cielo, preparándolos así para el último anillo de esa cadena de oro, que es e) la glorificación: «a los que justificó, también los glo– rificó» iaOEa.crEY. Este verbo se refiere a la gloria del cielo por la que los fieles suspiran, y que es único objeto de su esperanza, pues los bie– nes indicados por los demás verbos, ya los poseen, desde el momento que son Justos: son actos pasados respecto de los fieles de quienes ha– bla el Apóstol: por eso se comprenden los aoristos 7tpoépw, 7tpowp1.cr2v, EX<.ÍAEIJSY, :satxa.(wcr2v: rnas cómo explicar el isaoEacrEY, = glorificavit, que se refiere a un bien todavía por conseguir? Podría explicarse por la atracción de los cuatro aoristos precedentes; pero mejor diremos por la certeza de esa glorificación en cuanto de Dios depende. San Pablo quie– re en toda esta sección afianzar la esperanza de los fieles, mostrándoles todo lo que Dios ha hecho por ellos: las pruebas dadas son. garantía segura de lo que falta por hacer; la gloFia es tan cierta que puede con– siderarse ya lograda, y por eso aunque futura, se expresa con el aoris– to (62). Dios que ha empezado, acabará, y coronará ciertamente su obra: y tan firme es su propósito de llevarla a término, 'que pára que todo ese admirable programa de su bondad no se malogre por causa del hombre, hace concurrir'todas las cosas al bien de los que le aman, de los que según su designio han sido llamados, para que llegue:r:i por fin a conseguir el fin de la vocación que El les ·ha hecho, que no es otro que la glorificación (63). (62) L'aoriste soó~aasv dice LAGRANGE, ,est tme antidpation de oertitUJde..,; pom ce qui aest du Dieiu..., Di,eu ferá certaincment son oémnre". in h. 1oc. (63) Diligentibus Deum omnia cooperantur in bonu,m: 1tdv~a. auvsp 1 sI et~ d1aBóv, (Riom. 8, 28) : d suj ebo de ouvsp.st no es 7:dna ,como podría patt'ecer por :la V 111lga~ ta, "omnia cooperantwr", 'Sino o Oso~: Dios ,es qu~oo hace oon,currir todo al bi,e:n dle l 1 asi ,q,ue 1le aman... ,Nos pareoe acertadfsima, en ,su s1en,oi1l,ez, ta nota a es:te v. 28 e¡n fa Bibili,a die NACAR-COLUNGA: "He aquí, dice, ,el prindpio del optimi,smo oristia– no. La P,rwidencia divina que fo gobie,rna to4o, to,do lo, e!lldeDeza a la 1s1a,lud de los G!,egidos. Y ,s,eñala fo,s pasos que abal'ICa esta Procv,idencia. Empieza. ¡por' un, ,conoci– miento a,comp,añado de amor, qule es el pdncipio de !1a p,redestinadón etern,a; si-

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