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LOS MOTIVOS DE LA ESPERANZA CRISTIANA, SEGÚN S. PABLO I I sólida y bien fundada que no confunde (29). Ilappr¡cria que la Vulgata traduce ordinariamente fiducia, indica «la confianza, la franca seguri– ·dad», manifestada especialmente en una cierta audacia y libertad en el hablar (30). IkrroiOr¡cm; es la confianza en alguno, o en alguna cosa; es decir, cuando la esperanza se refiere a la conducta de una persona, in– cluyendo el matiz de confianza, la ebfr:, fácilmente se cambia con 1CrnoiOr¡m,; (3 r). También el sustantivo Oapcro,; o Oappo,; con su verbo eapcrct\l o Oappcl\l (32), así como los compuestos de '(lÉ';(OiJ-C(l (zxatxoµm, .a1Czxaéxop.m, 1Cpocraéxo1@) (33), se usan algunas veces por San Pablo para expresar ideas afines a la shi,;, como •la confianza», «la expec– tación ansiosa»; noción esta última expresada también en dos lugares por la significativa palabra d1eoxapaaoxfo (34), Esta riqueza de léxico para expresar el concepto de la esperanza cristíana, y sus diversos matices, indica la gran importancia que San Pablo concede a esta virtud: y la frecuencia con que de ella habla yla recomienda a los fieles (35), es una prueba de que consideraba la espe– ranza como necesaria y aun esencial a la vida cristiana. Y en efecto, el ser cri~tiano, dice BULTMANN (36), no se puede concebir en su perfec– ción sin la sA1eti;. La esperanza juntamente con la fe «quae per carita– tem operatur» (37), constituye el ser cristiano, como San Pablo lo ca– racteriza en 1 Cor. 1 3, 13 con las conocidas palabras: «Nunc autem manent fides, spes, caritas, tria haec; maior autem horum est caritas». «Ahora, en esta vida, permanecen éstas tres virtudes, fe, esperanza y caridad; porque a diferencia de los carismas, son necesarias para sal– varse: mientras los carismas, no siendo de necessitate salutis, o no se conceden, o no siempre duran todo el tiempo, de la vida». (29) Rom. 5, 3-5. (30) Habr. 4, 16; rn, 19. 35; 2 Cor. 3, 12; 7, 4; Bph. 3. 12. (31) 2 Cor. 3, 4; 1, IS; 8, 22; 2, 3. Bph. 3, 12; Plhi(lip. 3, 3. (32) 2 Cor. 5, 6. 8; 7, 16; IO, r. 2; llitibr. 13, 6. (33) Tit. 2, 13; Rom. 8, 25; Hobr. 9, 28; II, IO; Ga,1. 5,5; Phi!. 3, 20; 1 Cor. 1 7. (34) Rom. 8, 19; Phi!. 1, 20. (35) Según :las Con,cordancias, die MouLTON°GEDEN, sólo 1a voz. i.A.1cé; rncurre 40 v 1 eoas en la1s Epfatoilas ,die San Pa1bi'io, ruáis ouna;s 5 en ,lo1s dli1&ct1r1sios dril A1pó1stal ,e~1 kis " Hechos de fos, Ap. " ; mi,entr 1 a:s que, ,en Iios Evangelios, {y ,e,n ,~ Apü1oaili1psis) no 1 s1e oo,cul:ntra. Cfr. ,la ,exp,E,cación de este fon,ómeno en J. GurnERT, Sur l'em– ploi a'i),;c{~ et de 1 ses synonymes dans ,le' N owveau Testamen-t, en "Rechenches de 1Soi1ett1ccs, .rdligi,euses" 4 (19r3), pá.gs. 565-569. (36) Tlheollog. Worterbuch, J,oc. cit. (37) Gal. 5, 6.

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