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Persona humana y justicia-equidad 447 dad. El papa tiene conciencia de este hecho. De ahí que con tanta insistencia y con palabrtls tan fuertes, encontremos en la encíclica una llamada a una concepción sana del hombre y de las bases, en las que descansa su dignidad. Entre las conclusiones de la XLVII semana social de Francia, celebrada en Grenoble en 1960, encontramos la siguiente: << La semana 'social piensa que el puesto de los cristianos en la lucha por la expansión de la persona humana es de máxima. cate– goría, como lo han recordado frecuentemente los papas y particular– mente Pio XII en sus importantes mensajes>> (10). De aquí arranca el pensamiento de Juan XXII l. Ampliar, por una parte, la base filo– sófica de la persona humana, atendiendo al hecho social de su expan– sión, y constituir, por otra, los principios de acción que deben gobernar a los cristianos en su contribución por la evangelización del actual personalismo. El personalismo ha sido activado también por otras •causas que, en general, podemos encuadrar en la promoción económica y social de las masas trabajadoras en la sociedad de la postguerra (11). En las naciones más desarrolladas ha terminado el periodo del proletaria– do. No existe una conciencia de proletarios, ni siquiera conciencia uni– forme de clase trabajadora. Dentro de los grupos obreros ha aparecido una diferenciación de clases, que, a veces, puede conducir a ciertas luchas sociales. Los trabajadores, que han alcanzado un elevado nivel cultural y viven con algún confort, tienen conciencia de que han ascen– dido en la escala social y de que integran un estado social nuevo. El trabajador ya no ·es simplemente trabajador, sino aprendiz, obrero, especialista, etc. La experiencia nos enseña también que se ha debili– tado, hasta casi desaparecer, en algunas regiones, la solidaridad que, (10) En Aggiornamenti .sociali, agosto-settembre, 1906, p. 512. (11) Sobre la evolución, naturaleza y sentido del personalismo mcídérno, véase: o. WILDMANN, Personalismus, Solidarismus und Gesellschqft. Der ethische und ontologische Grundcharackter der Gesellschaftslehre der Kirche, Wien, Herder, 1961, 224. En especial el capitulo IV sobre: Der geschichtslogische. Weg z4r zeit– bedingten Formulierung der Soziallehre der Kirche: Vom << ethizismus>> z11cm sozial– ontologischen Personalismus », pp. 30·38.

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