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Persona humana y justicia-equidad 471 propio, en este caso muy conforme con la doctrina del papa sobre la persona humana. Por tanto, los autores que quieren identificar la equidad con la justicia social y que, en el fondo, quizás lo hacen porque les sorprende que en la nueva encíclica apenas se encuentre aparente– mente el término de justicia social, que con tanto celo expuso Pío XI, deberían analizar más bien el contexto del término justicia y encon– trar en él alusiones claras a la justicia social, ya que el papa evita siempre el esquematizar la doctrina pontificia en nociones escolásticas, que frecuentemente más llevan a la discusión especulativa que a la acción práctica. Aunque la justicia socia! y la equidad no se identifiquen entre sí, no obstante guardan una relación muy íntima. La realización de la justicia social forma la base sobre la cual la equidad puede desarrollar más completamente su misión. La justicia social atiende preferente– mente a la transformación de las estructuras y a la acomodación de las mismas a las nuevas exigencias (86); solamente sobre esta base se podrá aspirar a la consecución de un orden económico más equitativo y a que las exigencias de la persona humana dentro de la sociedad queden satisfechas, sin que se atienda a grupos privilegiados, ni a clases sociales (87). Profundidad humana de la equidad En los párrafos siguientes analizaremos más de cerca los textos en los que encontramos el término equidad, para penetrar más en su significado profundamente humano. Hemos hablado de la función humana de la equidad. En la encíclica aparece encarnando un persona– lismo pluridimensional. Los principales sentidos que tiene son: a) La equidad, garantía y defensa de la persona humana. - La persona humana tiene unos derechos y unas obligaciones fundamentales que ha de cubrir con su aportación social, principalmente, en el orden económico, con el trabajo; el trabajo lo presta el individuo generalmente (86) MM, 73 y 150. (87) /bid.

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