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Persona humana y justicia-equidad 459 de ser de categoría excepcional. El papa nos lo advierte expresamente. El bien común exige que se vele para que ni dentro de la nación, ni de los grupos profesionales, prevalezcan grupos privilegiados que absor– van una injusta proporción de la riqueza nacional (51), porque bien sabemos el influjo que tales grupos pueden ejercer en toda la vida de la nación y cómo, en realidad, ocasionan una contracción de las posibilidades de desarrollo de cada persona en particular. Debemos, pues,, evitar que en el proceso de recuperación de los valores personales, conseguido dentro de un mejoramiento social gene– ral, la persona se vea envuelta en el torbellino de esas fuerzas inani– madas y abdique de sus valores y de su dignidad. La abdicación puede producirse por la limitación de su autonomía y por la renuncia a la propia personalidad y responsabilidad, de manera que aparezcan tipos minimizados e infantiles,• absorbidos por influjos extraños (52). Al finalizar, podemos concluir que la doctrina social del papa Juan XXIII sobre la persona humana representa un avance notable. La persona aparece, con mayor claridad, centro de toda la vida social y finalidad última de la misma. Tanto los problemas de la industria,. de la propiedad, del Estado, como los nuevos problemas del desarrollo de la agricultura, del aumento demográfico y de la ayuda a los países subdesarrollados tienen un ángulo único de visión: la persona humana y ésta elevada al orden sobrenaturaL Por otra parte, el papa tampoco se sale nunca del marco histórico en el que escribe. El encuentra un personalismo en evolución~ en transformación y que hay que evange– lizarlo. Por eso en todos los capítulos aflora siempre la preocupación ·de que las estructuras sociales queden ajustadas de tal manera que sea posible la expansión y el perfeccionamiento de la persona. (51) MM, 98s. (52) Véase C. ABAITUA-R. ALBERDI-J. M. SETIEN 1 Exigencias cristiar¡as ,en el desarrollo económico-social. Comentarios a la enclclica << Mater et magistra », Ma– drid, Studium, 1961, 112.

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