BCCCAP00000000000000000001027

Persona humana y justicia-equidad 455 greso social con enormes ventajas para sectores determinados de la población, olvidando o explotando a otros. Para el papa no hay distin– éión de grupos sociales. Cada individuo tiene valores iguales e inmu– tables. Al Estado toca mirar por el bien común, que exige la creación de unas condiciones de vida social en las que el hombre pueda lograr plena y fácilmente una perfección personal completa (34). La misión .del Estado termina, por lo tanto, en el hombre, en la persona; no en los grupos, ni en las clases, ni siquiera en un bien común abstracto, sino sólo en cuanto éste envuelve inmediatamente la persona con– creta, existiendo en un contexto histórico determinado (35). La civilización y el desarrollo no deben jamás implicar un impacto en los derechos de la persona humana o en las manifestaciones más típicas de la misma. El papa conocía, sin duda alguna, las tendencias existentes en muchos ambientes, y que sobradamente aparecieron en algunas sesiones de la UNESCO, que pretendían unificar la cultura del mundo, aboliendo las variadas culturas de los pueblos que van surgiendo a la civilización. El papa advierte que todos los valores cul– turales y los rasgos característicos de los diferentes pueblos implican un caudal de valores humanos, reflejan la persona humana, las dife– rentes generaciones o manifestaciones claras de la idiosincrasia de los pueblos (36), y todo esto lleva implicaciones personales, de manera que, si se las destruye voluntariamente, se comete una injuria contra la misma persona. La Iglesia, respetadora profunda del hombre, ha protegido siempre los rasgos peculiares de cada nación, rasgos que los pueblos defienden con todo derecho y con fidelidad inquebrantable, (34) MM, 66. (35) Eberhard Welty, escribe a este propósito: << Damit der Staat seine Oren– zen nkht überschreitet, muss er sich unverbrüchlich an das recht verstandene Ge– meinwohl halten ... Hier sei Iediglich angemerkt, dass das Gemeinwohl nur dann recht verstanden wird, wenn es auf den Gruridfreiheiten und Grundrechten der menschlichen Person, auf dei: objektiven Ordnung der Werte urid áuf der relativen Eigengesetzlichkeit der l(ulturbereiche und Sozialgebilde gleichsam aufruhb. E. WELTY, O. P., Der vielfache Anruf im neuen Sozialrundschreiben « Mater et ma– gistra >>, en Die Neue Ordnung 15 (1961) 404. (36) MM, 169.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz