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3) El sistema del Plus se opone a una justa distribución de la renta nacional. El valor del punto no es igual ni a través de todo el año, ni en cada empresa de la misma rama de producción. No queremos acentuar precisamente los casos extremos, como, por ejemplo, fue el hecho de que en 1958 había un banco en el que el valor del punto era de 615 pts., y una empresa de la construcción en la que el punto se pagaba a 7 pts. Son casos extremos y siempre entran en la excepción; pero puede suponerse la gama de valores que se pueden intercalar entre 7 y 600 pts. Dos trabajadores de igual categoría profesional y con igual número de puntos obtienen a veces una diferencia de jornal por razón del Plus de 300 a 400 pts. mensuales. Lo probamos suficientemente cuando presenta– mos el valor del punto. Si el número de beneficiarios es distinto, sucede que un obrero con cuatro beneficiarios obtiene 500 pts. mensuales y otro de la misma cate– goría profesional, pero con dos beneficiarios, 1.000 pts. mensuales. 4) El sistema del Plus Familiar ha provocado un efecto abiertamente opuesto a la justicia social. Los trabajadores españoles le han llamado el "sultanado". Hay empresas, principalmente en la rama textil, en las que la mayor parte del personal son muchachas sin casar; que no tienen de– recho a puntos. En dichas empresas, con frecuencia el portero y el per– sonal accesorio, que apenas participan en el proceso de la producción, perciben unos suplementos familiares sumamente elevados y despropor– cionados a su categoría profesional y a las necesidades económicas del hogar. 5) Aprovechamiento anormal del fondo del Plus por unos pocos obre– ros en temporadas de recolección o de exceso de trabajo. Este caso no es muy general, pero se repite en las fábricas que no producen a ritmo nor– mal, sino que dependen de circunstancias concretas, v. gr., industrias de la recolección de frutos. En estas ocasiones los empresarios contratan por regla general trabajadores jóvenes cuyo rendimiento es mayor; el porcen– taje de la nómina que debe formar el Plus crece enormemente y todos los beneficios recae1~ sobre aquel grupo exclusivo de trabajadores privile– giados que son fijos en la empresa. 6) Los trabajadores se vigilan rigurosamente entre sí para presentar denuncias inmediatamente si ven que, por ejemplo, la mujer de otro tra– bajador trabaja fuera del hogar y su marido sigue cobrando el valor de los cinco puntos de matrimonio. No sería reprochable una mutua vigilan– cia; pero la experiencia enseña que frecuentemente se convierte en fuen– te de disensiones, suspicacias y riñas. A veces los obreros se ven priva– dos de los puntos porque ha habido acusaciones infundadas que respon– dían más al afán del dinero que a una verdadera justicia social. La es– posa, por ejemplo, de un trabajador, por la que su marido cobra cinco puntos, va ayudar a la casa de un compañero que ha quedado viudo y con tres hijos. Un obrero presenta la acusación ante la comisión del Plus diciendo que aquella señora trabaja a jornal en otra casa y no obstante 44

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