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·. LAS cuestiones relacionadas con la población no son nuevas en los documentos pontificios. Pío XI expuso la doctrina de la Igle– sia sobre el problema moral de la procreación: y de la limitación de la natalidad en la encíclica Casti Connubii del 31 de diciembre de 1930. La intervención del Papa se produjo en un momento cru– cial. Venía motivada por la cuestión de los matrimonios mixtos, es decir, entre católicos y bautizados no católicos, que por aquella épo– ca presentaban una dificultad nueva y grave para que fuesen per– mitidos. Hacía mucho tiempo que en el seno de la Iglesia anglicana se discutía sobre la postura del cristiano frente al problema de la natalidad. El año 1930 señaló un cambio muy significativo. Una fuer– te minoría con una visión más liberal del problema, logró imponer su opinión en el transcurso de la conferencia episcopal de Lambeth. ,En las conclusiones adoptadas se rechazaba absolutamente la forni– cación y la lujuria, pero se admitía, al mismo tiempo, que el apetito sexual tiene un valor en sí mismo y, además, gran importancia en el hogar cristiano y, por tanto, debe ser considerad<¡> como un 41 God ,giben factor''.. Después de una fuerte discusión acerca del bi'tth con– trol se votó una resolución, por 139 votos a favor y 67 en contra; que afirmaba que además de la continencia completa, se pueden emplear otros métodos para impedir la generación. La resolución de la Igle– sia anglicana tuvo enorme resonancia e influjo entre los cristianos no católicos 1 • A nadie sorprenderá que la encíclica de Pío XI fuese 1 FLANN CAMPBELL: Birth OontroZ ána christián churches. En "Population Studies", 1960; págs. 131-147.